EL ÚNICO Y VERDADERO DIOS | thebereancall.org

Hunt, Dave

Como todos nosotros sabemos la oración del “Padre Nuestro” nunca fue orada por nuestro Señor. Tal oración fue un modelo de oración: “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, Santificado sea tu nombre...” (Mateo 6:9). El repetir éstas palabras continuamente (en vez de usarlas como un modelo para orar espontáneamente de nuestro corazón) sería desobedecer a nuestro Señor y hacer lo que Él estrictamente prohibió: “Vanas repeticiones” (Mateo 6:7).


Ciertamente esta oración es para aquellos quienes conocen a Dios como su Padre Celestial. Existe un grave error y el cual es muy común entre los que practican lo que se llama el seudo-cristianismo el creer en que Dios es el Padre de todos y que todos los hombres somos hermanos. En una servicio típico de la Iglesia Unitaria, por ejemplo, se repite al unísono: “Yo soy un hijo de Dios y por lo tanto no voy a contraer enfermedades.” Estas “confesiones o afirmaciones positivas” han engañado a multitudes. Pablo declara que uno no es hijo de Dios automáticamente sino que uno llega (se hace, se convierte, pasa de un estado pecaminoso a un estado espiritual) a ser hijo de Dios: “Todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús” (Gálatas 3:29). Está bien claro que esta relación hacia Dios como nuestro Padre no proviene del nacimiento natural. Y a aquellos que hacían alarde de ser “Descendientes de Abraham” Cristo les respondió: “Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir” (Juan 8:44). A consecuencia de la rebelión de Adán y Eva, ellos resultaron ser seguidores de Satanás “el dios de este mundo” (2 Corintios 4:4), e hicieron al diablo el patriarca de la humanidad.


Esa fue la razón por la cual Cristo le dijo a Nicodemo: “de veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3). El nacimiento espiritual es absolutamente necesario, sin excepción alguna. Nadie va a estar en el cielo a no sea que haya nacido de nuevo, “Yo te aseguro que quien no nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios” (Juan 3:5).


Existe un abuso común de esta oración entre los equipos atléticos en los Estados Unidos. Un gran porcentaje de equipos a través de la nación (especialmente en fútbol americano de escuela secundaria) ora la oración del “Padre Nuestro” ya sea antes o después de los partidos. La actitud de los participantes varía de escepticismo, a ridiculez reprimida, o a una actitud indiferente a algo que puede traer “buena suerte.” Esta tradición americana es una abominación hacia Dios.


Phil Jackson, el cual es uno de los más exitosos entrenadores de baloncesto en los Estados Unidos, creció en la Religión Pentecostal donde sus padres eran co-pastores, pero dejó esa religión y se convirtió a la religión Budista y al ocultismo y a la “espiritualidad” de los Indígenas de Dakota. Y aún así, él continúa repitiendo la oración del “Padre Nuestro” y por muchos años ha promovido y alentado a sus jugadores a que hagan lo mismo, sin interesarle si tales jugadores conocen a Cristo. Esta práctica, que no es bíblica ha sido una de las mayores herramientas que Satanás usa para engañar a las multitudes.


También existe confusión en lo que significa ser “nacido de nuevo.” La enseñanza común es que las palabras de Cristo cuando dice la palabra “agua” se refieren a la bolsa de agua que se rompe durante el nacimiento natural (lo cual es falso) y la palabra “Espíritu” se refiere al ser nacido en el espíritu de Dios durante el segundo nacimiento (lo cual es verdad).


Hay un cierto derrame de fluido que ocurre cuando todos nosotros entramos a la raza humana durante el nacimiento físico. Indudablemente que el “nacer de agua” tiene que significar algo más. Sería repetitivo el decir que para nacer de nuevo uno ya tiene que haber nacido anteriormente. Además el decir que parte de lo que ocurrió durante el nacimiento natural (o físico) y que ninguno de nosotros tuvo parte voluntaria alguna, sería de alguna manera necesaria para adquirir la entrada en el cielo. Tal manera de pensar significaría que no habría salvación para nadie que no haya experimentado el nacimiento natural. Y siguiendo esa manera de pensar, también podríamos decir que cualquier feto que muriera antes que cumpliera el proceso completo de embarazo, no podría ser considerado como una persona real, elegible para el segundo nacimiento y el cielo, y por lo tanto el aborto podría ser permitido en cualquier etapa del embarazo.


La enseñanza bíblica de “el nuevo nacimiento” (el ser un cristiano “nacido de nuevo”) ha causado mucha controversia. Los Católicos Romanos, Presbiterianos, Luteranos, y otros, creen que esto ocurre durante el bautismo. Cada Iglesia Luterana se adhiere al “Pequeño Catecismo” de Lutero. Durante el bautismo (por lo general aplicado a un bebé), uno recibe un certificado que afirma lo siguiente: “En el bautismo la salvación completa le ha sido dada a usted; Dios se ha convertido en su padre y usted se ha convertido en su hijo a través de este acto...” en realidad, la Biblia enseña que el bautismo (así como la oración del Padre Nuestro) es solamente para aquellos que ya han creído en el evangelio. El bautismo testifica la fe por la cual uno es nacido de nuevo. Es la manifestación pública de haber nacido de nuevo. De otra manera no tendría ningún significado.


El bautizar a bebés (bautismo infantil), es un acto que niega el evangelio, y es una red en la cual “el dios de este mundo” atrapa a las multitudes para su reino, dándoles una falsa seguridad que los ciega y los previene de ver la necesidad de recibir a Cristo como Señor y Salvador.


¿Cómo puede una iglesia defender el bautismo de un infante que no puede entender ni creer? Ha sido necesario darle cierta eficacia, ya que los Catecismos dicen: “en este acto de bautismo....” Esta es una mentira del ocultismo el decir que el mero acto del bautismo contiene un poder espiritual, al igual que el encender y consumir una vela de incienso, el hacer rituales, movimientos de la mano por sacerdotes, tonos de voces, etc. Todos estos actos han sido, por miles de años, la esencia de la magia ritual, de brujería, del paganismo, etc., y lo que los antropólogos ahora llaman chamanismo.


Esta perniciosa ilusión es también conocida como sacramentalismo, una herejía que es tan vital al Catolicismo Romano que tiene su propio término en latín: “ex opere operato” (en el acto mismo). El negar esta doctrina en lo que se refiere a cualquier sacramento oficial, es el negar el Catolicismo Romano, y el castigo es excomunicación automática (es como si lo sentenciaran al infierno). A continuación tenemos los derechos canónicos y decretos del concilio de Trento: Séptima Sesión... el tercer día de Marzo, 1547, Decreto concerniente los sacramentos... Canónicos de los Sacramentos en General (y que todavía siguen rigiendo la iglesia actual):


Canónico 4. Si cualquier persona dice que los sacramentos de la Nueva Ley no son necesarios para salvación pero... que sin ellos, o sin el deseo de adquirirlos, los hombres todavía pueden obtener de Dios, a través de la fe solamente la gracia de justificación... estas personas serán condenadas.


Canónico 8. Si cualquier persona dice que por los sacramentos de la Nueva Ley, la gracia no es dada “ex opere operato”, pero dicen que únicamente por fe, la promesa divina es suficiente para obtener gracia, esta persona será condenada.


Esta grave, severa, opresiva herejía de sacramentalismo continúa seduciendo en varias formas a la mayoría de las iglesias “Reformadas”. R.C. Sproul, por ejemplo, justifica el bautismo infantil relacionándolo a la circuncisión: “La defensa espiritual de bautizar a infantes es cuando uno relaciona y compara la circuncisión (Antiguo Testamento) y el bautismo (Nuevo Testamento) como señales y sellos del convenio de gracia... el precedente en el Antiguo testamento lo requiere” (La Biblia De Génova de estudio).


El Etiopío, al cual Felipe le había ministrado del libro de Isaías (Capítulo 53) preguntó a Felipe en Hechos 8:36: “Aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado? Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes.” Felipe entonces lo bautizó, no en la forma de salpicar agua sobre él sino por inmersión “y descendieron ambos al agua” (verso 38). El bautismo públicamente declara la fe de la persona, identificando al creyente con Cristo en Su muerte, entierro y resurrección. Uno no salpica tierra en un cadáver. Uno lo entierra.


Si el “nacer de agua” no significa el fluido o el bautismo, entonces ¿qué puede significar? El segundo nacimiento es por el espíritu y por el agua (Juan 3:5), simbólico de la Palabra de Dios, “Él la purificó lavándola con agua mediante la palabra” (Efesios 5:26), y “Ustedes ya están limpios por la palabra que les he comunicado” (Juan 15:3). Cuando nosotros creemos en el evangelio somos regenerados y limpiados. Él nos ha salvado por el lavado de regeneración y la renovación por el Espíritu Santo. Pedro declara: “ustedes han nacido de nuevo... mediante la palabra de Dios... y ésta es la palabra del evangelio que se les ha anunciado a ustedes.” (1Pedro 1:23-25).


Habiendo sido incorporado en la familia de Dios, nosotros podemos llamarlo “Padre” en nuestras oraciones. En Su oración de supremo sacerdote que Él oró (la verdadera oración del señor que Cristo oró), Él declaró: “Y ésta es la vida eterna; que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado.” (Juan 17:3). O sea que el nuevo nacimiento consiste en conocer al único Dios verdadero, y uno no es “nacido de nuevo” a través del bautismo, especialmente de infantes.


Hay millones de los que se llaman dioses y hay numerosas oraciones para cada uno de ellos en la varias religiones que ellos representan. La Biblia condena cada uno de ellos en términos que son inconfundibles:

“Todos los dioses de las naciones no son nada... Tributen al Señor la gloria que merece Su nombre... ¡tiemble delante de Él toda la tierra!... ¡viene ya para juzgar la tierra! Y juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con fidelidad.” (Salmo 96:5-13).


Tal lenguaje es ridiculizado por los “Nuevos Ateos” como Richard Dawkins, quien dice que el deber de los ateos es el propagar las buenas noticias lo cual significa la predicación de su evangelio (el convertir al mundo entero al ateísmo) que según él es una responsabilidad moral e imperativa. Aunque la Biblia claramente distingue el Cristianismo de todas las demás religiones y separa a sus líderes (Buda, Mahoma, etc.) de Cristo, quien es único, los ateos no hacen tal distinción. Por lo tanto todos sus razonamientos son irrelevantes.


La Biblia denuncia todas las religiones como instrumentos de Satanás para mantener a la humanidad en la oscuridad, aislada de la luz del evangelio por la cual uno puede ser salvado, ya que “El dios de este mundo ha cegado la mente de estos incrédulos” (2 Corintios 4:4).


El Ateísmo es solamente una de las tantas religiones que existen en el mundo y la ceguera que Satanás les ha impuesto es reflejada en sus razonamientos en contra de Dios y el Cristianismo. Un artículo secular que se escribió recientemente acerca de los Nuevos Ateos se tituló “La Iglesia de los No Creyentes,” Y desde luego que es una iglesia a la cual todo el mundo debería pertenecer, si los ateos se salen con la suya.


En su fervor religioso para destruir la “fe religiosa” y para convertir el mundo entero a su religión, ellos a través de sus declaraciones reflejan su ceguera a la verdadera fe que motiva a los Cristianos Bíblicos. Dawkins dice, “La Fe es lo más maligno que se ha propagado en éste mundo...es una creencia que no está basada en ninguna evidencia y es el vicio principal de toda religión.” Francis Collins, sin embargo, que se convirtió de no ser creyente a creyente en Cristo, dice que la definición de la fe de parte de Dawkins “ciertamente no describe la fe de los más serios creyentes en la historia ni ninguno de aquellos a quienes yo personalmente conozco.”


Existen muchos científicos famosos, ganadores del Premio Nobel, y algunos de los más grandes historiadores y expertos legales que se han convertido del ateísmo a la fe en el Cristo resucitado y que no lo hicieron a través del misticismo ni tampoco por alguna experiencia emocional sino a través de evidencia que se puede verificar.. Los pioneros de la ciencia, como Kepler, afirmaron que fue precisamente su convicción que existía un Creador que inspiró sus estudios y descubrimientos científicos para alcanzar niveles más altos.


“La religión nos es solamente una equivocación sino que también es algo maligno” dicen los ateos, sin darse cuenta que el Cristianismo Bíblico no es una religión sino una relación con Dios a través de su hijo Jesucristo. Los líderes ateos continúan atacando a la religión cegados a la realidad que la Biblia no es acerca de religión. En las páginas de la Biblia que son más de 1,000, la frase “fe religiosa” no aparece ni siquiera una sola vez, la palabra “religión” aparece solamente cinco veces, y todas ellas en un solo versículo, y la palabra “religioso” aparece dos veces en el siguiente versículo. Todas estas siete referencias critican la “religión.” Además, en estas pocas veces que mencionan religión, la Biblia nunca describe lo que los ateos tontamente denuncian.


En su guerra en contra de Dios, Dawkins y sus camaradas son deshonestos en igualar los Fundamentalistas “Cristianos” con los asesinos musulmanes. En realidad, los ateos mismos son fundamentalistas, tratando de imponer al mundo su pervertida interpretación de los más básicos fundamentos de la ciencia.


Tampoco los ateos pueden ser ignorantes de la realidad que los fundamentos del Islam (de acuerdo al Corán, Hadita, los dogmas y el ejemplo de Mahoma y también los 1,300 años de historia) enseñan que el Islam debe ser impuesto a la fuerza al mundo entero y matar a todo aquel que rehúse la sumisión a Alá. Cristo enseñó y vivió en forma enteramente distinta. Y aún así los ateos persisten en igualar el Islam con el Cristianismo simplemente porque cada uno es considerado ser una “fe.” Tales acusaciones irresponsables exponen la falsedad de su razonamiento. Podemos decir que algunos de los que se llaman Cristianos (Los Papas Católicos Romanos, los líderes de la Iglesia Ortodoxa del Oriente, las Cruzadas y sus participantes, numerosos evangelistas, etc.) han sido culpables de muchas maldades. En el proceso, ellos han violado las enseñanzas y el ejemplo de Cristo. Pero los terroristas musulmanes siguen las enseñanzas del Islam y el ejemplo de Mahoma y sus sucesores, quienes torturaron y asesinaron millones de personas, desde Francia hasta la China por 13 siglos. El terrorismo actual es solamente una muestra de lo que el Islam continuaría haciendo si pudiese hacerlo.


Los fundamentos del Cristianismo verdadero fomentan el amor, el libre albedrío, el perdonar, y no el odio ni la violencia. La violencia es algo que es innato del fundamentalismo del Islam. El igualar los fundamentos del Islam y el Cristianismo es reprensible.


Ateos también en forma perversa igualan el Cristianismo con el fanatismo y la violencia de las Cruzadas y de la Inquisición. Pero los que participaron en las Cruzadas no eran Cristianos Bíblicos; ellos violaron todo lo que Cristo había enseñado y asesinaron a Sus hermanos, los judíos, por todo sitio que ellos fueron. Es algo totalmente deshonesto el atribuir el terrible comportamiento de los que participaron en las Cruzadas con el Cristianismo Bíblico.


Desde los días en que Cristo caminó en esta tierra, multitudes de Cristianos nunca han dado su lealtad y fidelidad a Roma sino a la Biblia y solamente a Cristo. Millones de estos cristianos fueron martirizados por la Iglesia Romana por siglos antes del nacimiento de Martín Lutero. A partir la época de la Reforma del siglo 16 millones de católicos romanos pusieron su fe en la Biblia y en Cristo solamente y por esa razón fueron martirizados por millares por los Papas y sus ejércitos. El no poder distinguir entre los mártires y sus asesinos es inconcebible.


Los nuevos ateos cuyo líder es Richard Dawkins, se llaman ellos mismos “los iluminados” y ven a los teístas como personas ignorantes y de un nivel intelectual inferior. El ganador del premio Nobel, Steven Weinberg dijo recientemente, “El mundo necesita despertarse de la larga pesadilla de religión... Todo lo que nosotros los científicos podemos hacer para suprimir la tiranía de la religión debemos hacerlo, y eso sería en realidad nuestra contribución más grande a la humanidad.” Richard Dawkins dice: “Yo estoy cansado con el lavado de cerebro al que hemos sido sometidos para otorgar el respeto que se le ha dado a la religión.” ¿Religión? Como hemos visto, los ateos están arando en el desierto.


En su fervor de convertir el mundo a su religión, los ateos muestran su completa ignorancia del Cristianismo Bíblico. La Biblia no es un libro religioso y tampoco promociona la “religión.” Muchos cristianos tratan de ser “científicos” al adoptar la teoría de la evolución como si fuera compatible con el Cristianismo. Esta aceptación o claudicación no impresiona a los ateos. Sin vergüenza alguna, Dawkins declara que “evolución debe llevarnos al ateísmo” y que “el movimiento ateo tiene... un deber moral, imperativo... de agresivamente propagar las buenas noticias...”


Dawkins declara, “¿Deberían los teístas tener libertad para imponer sus creencias en sus hijos? ¿No debería intervenir la sociedad en que vivimos para prevenir esto?” Esta clase de habladuría es totalitaria e infunde temor en los padres y en los hijos.


James Perloff lo dijo muy claramente: “Pero recuerden; ‘La princesa besó al sapo, y él se convirtió en un príncipe muy atractivo,’ Llamamos eso un cuento de hadas. La evolución dice que los sapos se convierten en príncipes y le llamamos ciencia... ¿Es esto ciencia? ¿O es tal vez, como el fraude del hombre de Piltdown, o las falsificaciones de los embriones de Haeckel, o la falsas interpretaciones de ‘Heredarás del Viento’ o las coerciones de la Corte Suprema, no será todo esto sólo un aspecto de un gran plan para negar a Dios?


Los ateos que van a terminar en el infierno no podrán culpar al Dios a quien odian tanto por excluirlos del cielo. Debemos rescatar a los que más podamos de las mentiras del ateísmo.


EL ÚNICO Y VERDADERO DIOS


Título en inglés: “The Only True God”