UNA GENERACIÓN A LA DERIVA (Primera Parte) | thebereancall.org

McMahon, T.A.

El contenido de la publicación de este mes es en cierta manera una observación, una valoración, y también  recomendaciones puestas en oración dirigidas a la próxima generación de evangélicos.  Se avecinan tiempos difíciles para ellos, mucho más peligrosos que lo que sus padres hayan experimentado.  Todos estos problemas están siendo dirigidos hacia una tormenta perfecta de apostasía para la cual muy pocos de ellos están preparados.  Mucho de lo que tienen que enfrentar y la realidad de que no estén preparados para enfrentar y confrontar estas dificultades, son en parte la culpa de la generación anterior, mi generación.  Esto no quiere decir que cada generación no es responsable por sus propios pecados ("Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado"Deuteronomio 21:16; "El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecadodel hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él"Ezequiel 18:20), o que ellos son solamente víctimas del medio ambiental, pero sin embargo mi propia generación fracasó específicamente (aunque le doy gracias al Señor por las excepciones) hacer lo que Dios mandó a los Israelitas:  

"Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.  Y amarás a Jehová tu Diosde todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas.  Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes" (Deuteronomio 6:4-7)

 "Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos. El día que estuviste delante de Jehová tu Dios en Horeb, cuando Jehová me dijo: Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos" (Deuteronomio 4:9-10)

"Y las enseñaréis a vuestros hijos, hablando de ellas cuando te sientes en tu casa, cuando andes por el camino, cuando te acuestes, y cuando te levantes, y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas; para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra"  (Deuteronomio 11:19-21)

"Evangélico," es un término que es usado en éste artículo y se refiere a Cristianos quienes consideran la Biblia como su autoridad en todo lo que se refiere a la fe y a la práctica de ella.  En otras palabras, ellos profesan seguir las Escrituras para guiarlos todas sus vidas.  Aunque es triste admitir que eso es solamente habladuría de parte de muchos aquellos que profesan ser evangélicos.  Pero esta definición o este asesoramiento ¿ incluye también a la futura generación de Cristianos llamados "creyentes en la Biblia"?  No cabe duda de ello, aunque como dijimos anteriormente, la culpa por esta situación es en parte de mi generación.

¿Quién entre padres de familia de creyentes, puede decir honestamente que ellos han cumplido totalmente con las instrucciones que Dios dio a los Israelitas de instruir "diligentemente" a los hijos en la Palabra de Dios? Yo personalmente, reflexionando acerca de mis cinco hijos, los cuales ya son adultos, sé perfectamente que mi esposa y yo "podríamos haber hecho un trabajo mejor".  Aunque nosotros sabíamos que el instruirlos en el Señor era lo más importante que deberíamos haber hecho, muy a menudo tal instrucción se redujo a ser una clase en los días domingos, un programa iniciado por la iglesia, y haberlos encargado a la dirección de un pastor de la juventud. No quiere decir que estas experiencias estuvieron de más, ya que algunas de ellas bendijeron a mis hijos profundamente.  El problema básico fue que en cierta manera evadimos nuestra primera responsabilidad de instruirlos personalmente en los caminos del Señor y permitimos que la iglesia tomara ese cargo hasta el extremo de convertirse en una "niñera espiritual”.

La culpa no es necesariamente algo único de mi familia o de mi generación pero hoy en día está diseminado entre los evangélicos,  pero de todos modos, el resultado ha dado  consecuencias graves ya que están produciendo una generación de analfabetos bíblicos.  Ellos saben cómo leer, tienen Biblias pero muy raramente ponen las dos cosas juntas.  Esto produce un dilema.  Santiago nos exhorta a que seamos "hacedores de la palabra" y no solamente "oidores".  Obviamente si no saben la Palabra de Dios, ellos no pueden hablar lo que no saben.  Además muchos confían en lo que otros le dicen lo que la Biblia dice.  Ellos están conformes con adquirir solamente ciertas partes de las Escrituras y están contentos con ese conocimiento limitado.  El libro de Hebreos 5:11-14 parece que les estuviera hablando específicamente a esta generación:

"...a ustedes lo que les entra por un oído les sale por el otro. En realidad, a estas alturas ya deberían ser maestros, y sin embargo necesitan que alguien vuelva a enseñarles las verdades más elementales de la palabra de Dios. Dicho de otro modo, necesitan leche en vez de alimento sólido. El que sólo se alimenta de leche es inexperto en el mensaje de justicia; es como un niño de pecho. En cambio, el alimento sólido es para los adultos, para los que tienen la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo, pues han ejercitado su facultad de percepción espiritual". 

Es trágico que esta condición sea tan prevalente entre los Cristianos de hoy en día.

¿Trágico?  Sí.  En primer lugar uno se hace la pregunta si ellos que fueron instruidos en las Escrituras  ¿creyeron realmente en el  evangelio, en las buenas noticias de que Jesús pagó la pena máxima por sus pecados y que Él ofrece salvación a la humanidad como un regalo que debe ser recibido por gracia a través de la fe solamente? (Romanos 5:10, 1 Corintios 15:3; Efesios 2: 8-9; Hebreos 2:17).  Aunque la aceptación de vida eterna con Jesús requiere solamente una fe tan inocente como la de un niño, el vivir una vida en Cristo es un proceso de crecimiento que empieza con un nuevo nacimiento (el haber nacido de nuevo, espiritualmente) y progresivamente uno alcanza madurez espiritual.  Por lo menos, eso es el plan bíblico.  Para la mayoría de la próxima generación de creyentes, sin embargo, su situación parece ser un caso de un desarrollo limitado.  Las razones por esta condición son numerosas.

Durante las últimas tres décadas, muchos han experimentado el Cristianismo en un ambiente de una iglesia de que realmente era más entretenimiento que ser la enseñanza de las Escrituras y que también ha habido una falta de disciplina en aquellos que atendían al servicio.  Esto significa que esta generación es el producto de lo que la iglesia ha estado haciendo en los últimos tiempos, es decir, el utilizar métodos seculares, métodos que se utilizan en el mercado secular con el único propósito de llenar los bancos de las iglesias con gente que realmente no estaba interesada en la Palabra de Dios y mantenerlos en asistencia utilizando métodos y tácticas que se usan para atraer a consumidores seculares. 

El énfasis ha sido el "mantener al cliente satisfecho" utilizando cualquier clase de tácticas para lograr ese propósito, incluyendo el diluir el contenido bíblico para así competir con otras iglesias que también estaban interesadas en atraer a la juventud.  Los cuartos de juegos de algunas de las mega iglesias no tienen nada que envidiar a los juegos que existen en las arcadas populares.  La mentalidad mercantil de "hacer todo lo posible para atraer y mantener a los jóvenes que vienen a la iglesia" refleja una táctica de "atraer para después enseñar". En la mayoría de los casos el "atraer": (juegos, música que es casi idéntica a la música del mundo, entretenimiento) abruma totalmente la intención de "enseñar" (el aprender la Biblia).  Esta manera de operar ha trivializado y marginalizado la instrucción de la Palabra de Dios para aquellos que fueron sometidos a tal táctica secular.  El resultado ha sido un aprendizaje de un Cristianismo superficial, vacío de conocimiento espiritual, paras millones de jóvenes Cristianos.

El haber enseñado un Cristianismo nominal y superficial ha tenido muchos colaboradores.  Aún en situaciones donde el contenido espiritual ha impactado a nuestra juventud, muy a menudo ha sido aceptado solamente porque la personalidad del pastor o maestro capturó la imaginación de la juventud debido al carisma del que enseñaba la Palabra.  Aunque tal situación no es exclusiva de la nueva generación de creyentes, produce el efecto total de limitar el crecimiento espiritual del creyente.  Si uno cree cierta doctrina solamente porque fue persuadido por un instructor carismático, entonces, eso crea una dependencia en tal instructor, o maestro, en vez de estar arraigado en el entendimiento de las Escrituras.  El creer en algo porque "alguien lo dijo" es tener una fe "prestada", una fe que no es la de uno, que no le pertenece porque no la ha desarrollado uno mismo.  Esa clase de creencia, no solamente es errónea sino que también no contribuye a fortalecer la fe del creyente.  Además, esta creencia puede estar ligada o asociada al estado espiritual de la persona que enseñó tal doctrina, y si tal pastor o instructor falla moralmente o doctrinalmente, pues también afectará a sus seguidores.

Otro tipo de fe adquirida, y también potencialmente destructiva, es la fe que una persona adquiere "de lo que ha oído" a través de su vida, de parte de sus padres, amigos , maestros que hayan sido creyentes.  Aunque las Escrituras dicen que la fe "viene por oír" pero para que esa fe produzca fruto el versículo también dice que "la fe es por el oír, y el oír por la palabra de Dios" (Romanos 10:17).

Si la decepción es un problema potencial para la persona que escucha la Palabra de Dios pero no hace lo que la Palabra dice, ¿qué se puede decir de aquellos quienes incidentalmente escuchan la Palabra de Dios y adquieren nada más que un conocimiento superficial?  La ignorancia puede ser una ventaja para algunos, pero en lo que se refiere a las Escrituras lo que ocurre es poner al individuo a la merced del enemigo.  Desde el momento que la Espada del Espíritu, es decir la Palabra de Dios,  es la única arma formidable, que puede combatir a quien la Biblia llama: "el  desprovisto de la verdad, el padre de mentiras, el mentiroso y el engañador, quien ronda como un león rugiendo buscando devorar a alguien", ¿qué se puede decir de aquellos quienes ni siquiera pueden manejar la espada de Espíritu y cuyo Cristianismo ha sido formado por las condiciones que hemos mencionado anteriormente?  Cuando uno suma todo y llega a un total, el resultado es que estos individuos son  analfabetos bíblicos y están a la merced del adversario de Dios.

Jóvenes evangélicos han expresado su preocupación en que el acelerado uso del Internet con todos sus adelantos tecnológicos han añadido al problema y ha hecho mucho más difícil el ministrar a sus compañeros para que estudien la Biblia seriamente, ya que el Internet ha aumentado el apetito de gratificación inmediata.  También se puede notar que estos individuos admiten que están deficientes en su entendimiento de las Escrituras, lo cual los lleva a otros problemas: a) son intimidados muy fácilmente por aquellos quienes les dicen que dejen las preguntas bíblicas a los expertos y a los eruditos en la materia, y b) estos jóvenes tienden a buscar los últimos libros "Cristianos" para "ponerse al día" en su conocimiento bíblico en vez de dedicar el tiempo necesario para escudriñar la Biblia misma.  Es decir, nuevamente vemos que estos individuos están expuestos al engaño.

Si este escenario real en lo que concierne a la próxima generación de evangélicos    suena desconcertante pues uno tiene que prepararse para enfrentar el resto de los problemas que esta generación va a tener que confrontar.  Cuando le preguntaron a Jesús acerca de los últimos días, sus primeras palabras fueron, "Mirad que nadie osengañe"(Mateo 24:4).  La decepción fue Su caracterización respecto al tiempo antes de su segunda venida. 

En Lucas 18:8, Él aumentó la urgencia de esta situación cuando Élhizo hincapié  que la fe, el verdadero cumplimiento de la verdad de la Palabra de Dios en la vida del creyente, será deficiente en la humanidad cuando Él regrese. Se nos han dado muchas profecías que nos dicen qué deberemos buscar cuando el tiempo de Su regreso se esté acortando.  Las Escrituras abrumadoramente declaran que la apostasía de la iglesia seguirá en aumento, poco antes de Su segunda venida.  Nadie, excepto Dios sabe el tiempo exacto de  la venida de Cristo por Su iglesia, la Novia de Cristo, para llevarla al cielo, pero a medida que estas apostasías van en aumento, hace que el día del arrebato se haga más inminente.  La apostasía esta principalmente destinada para el avance de la religión del Anticristo.  Incluirá creencias y obras seductivas, muchas de las cuales tendrán un disfraz de espiritualidad pero que estarán totalmente opuestas a lo que la Biblia enseña. "Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino demuerte"(Proverbios 14:12).  Estos caminos engañosos serán enseñados por personas que serán apóstatas, Cristianos quienes han sido engañados, o tal vez creyentes sinceros que han caído en la apostasía sin percatarse de la magnitud del engaño (Hechos 20:28-31).  Esta religión universal falsa no llegará repentinamente; su preparación empezó con la caída de la humanidad en el pecado y culminará después del arrebato de creyentes poco antes del comienzo del reino de siete años del Anticristo.

¿Es que la apostasía ha cautivado los corazones y las mentes de esta generación joven de evangélicos?  Ciertamente existen muchos que no han sucumbido a esta tremenda decepción, aunque estén ellos débilmente equipados para mantener una constancia y una postura fuerte en la fe.  No cabe duda que ha sido por el amor que tienen por Jesucristo y por la gracia de Dios que los ha mantenido espiritualmente fuertes hasta ahora.  Además se puede decir que en lo que se refiere a la juventud,  existen señales optimistas ya que muchos han expresado el deseo de ver el Cristianismo Bíblico manifestado en sus vidas a medida que ellos continúan sus caminos con el Señor y también expresan el poder lograr un entendimiento más profundo de Su Palabra.  Pero también se puede decir que hay realmente muy pocos que verdaderamente estén preparados para la guerra espiritual que se avecina y que los tiempos difíciles solamente van a ser intensificados.  Aunque esta próxima generación no fuese la generación durante la cual el Señor regrese, de todas maneras van a tener que enfrentar y confrontar condiciones sin precedentes y que generaciones previas no tuvieron que hacerlo.

En la próxima publicación nos dirigiremos a temas más serios que ya han llevado a multitudes a desviarse de la Palabra de Dios y que han destruido la fe de muchos.  Estas falsas enseñanzas incluyen la obsesión de la sociedad con la falta del auto-estima, con la necesidad de amarse a sí mismo, y con el terror de que se le considere a uno intolerante; además el deseo de ser aceptado y respetado por el mundo.  Estos tiempos también manifiestan una falta de discernimiento por iglesias y por individuos quienes permiten que las comunidades y las relaciones oscurezcan y opaquen la verdad bíblica; también hay muchos que han caído en el engaño de la seudo-ciencia de la evolución y la psicoterapia.  Al igual hay multitudes quienes no tienen la habilidad de reconocer las herejías del movimiento de la iglesia emergente, el movimiento llamado contemplativo y prácticas ocultistas y místicas; la idea de prosperidad económica asociada con el Cristianismo y el movimiento de sanidad interior.  Existe también una falta de entendimiento acerca de la Teología de Reemplazo; el aumento de antisemitismo dentro de la iglesia; yoga en la iglesia; el evangelio falso y los dogmas anti bíblicos de la iglesia Católica Romana; la indiferencia acerca de los errores en diferentes organizaciones juveniles; la tendencia y camino erróneo de ayudar a otros por medio de un evangelio social, eliminando injusticia social y otros programas que eventualmente lo lleva a uno a la salvación por medio de obras.

El Apóstol Pablo le escribió a Timoteo, su hijo espiritual en la fe y uno de los líderes pastorales que lo iba a seguir en su ministerio, estas palabras sobrias:

"Porque llegará el tiempo en que no van a tolerar la sana doctrina, sino que, llevados de sus propios deseos, se rodearán de maestros  que les digan las novelerías que quieren oír. Dejarán de escuchar la verdad y se volverán a los mitos". (2 Timoteo 4:3-4).

Además de esta advertencia, Pablo también le dio a Timoteo instrucciones para corregir lo que tomaría lugar y que desviarían a los creyentes de la verdad de Dios:

"Predica la palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar" (2 Timoteo 4:2).

Esta es una solución simple para anclar a una generación que se va a la deriva: simple, es decir que "no es complicado".  Pero aún así, tampoco es fácil y requiere disciplina y diligencia.

Es nuestra oración que este ministerio y creyentes de mi generación, por medio de la gracia de Dios y la habilidad que Él nos dé, nos acerquemos a la próxima generación de creyentes, ayudándolos en su caminar con el Señor, dándoles información donde la necesidad exista y, lo más importante, ayudarlos y alentarlos en el diligente estudio de la Palabra de Dios.

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UNA GENERACIÓN A LA DERIVA  (Primera Parte)

Título en inglés: “A Generation Adrift (Part One)”