EL COSMOS, EL CREADOR Y EL DESTINO HUMANO - Primera Parte | thebereancall.org

Hunt, Dave

A pesar de todos los fracasos de traer paz y buena voluntad a la tierra, los Estados Unidos de Norte América puede al menos vanagloriarse de su tan proclamado programa espacial. Nuestros astronautas han caminado en la luna. Nuestros astrónomos han explorado el universo con sus telescopios y han descubierto muchos de sus misterios. Pero, esperen un momento. Confrontemos algunas realidades.

He escrito un nuevo libro titulado "El Cosmos, El Creador y el Destino Humano," y el libro empieza con una mirada breve a la inmensidad del universo. Aún si pudiéramos construir vehículos espaciales que viajaran a la velocidad de la luz, nos tomaría 100,000 años el cruzar La Vía Láctea, nuestra galaxia que es relativamente pequeña, y se necesitaría billones de años para poder alcanzar las trillones de galaxias que existen más allá de la nuestra. Estas realidades nos demuestran que tan insensato y estúpido es el sueño del hombre de "la exploración espacial". Cada vez que abordo un avión y le doy una mirada a la cabina de vuelo y su increíblemente complejo panel de instrumentos me hace pensar en la golondrina antártica. Este pájaro vive en la tundra del lejano norte, y después vuela por ocho meses a través de miles de millas por el océano para llegar a su destino que es cerca del borde Antártico para después regresar a su punto de origen. Este pájaro volará más de veinte mil millas durante su vida entera. Su panel de instrumentos está localizado en su minúsculo cerebro y su sistema de dirección es su instinto, una habilidad y capacidad que ningún proceso evolucionario pudo haber logrado ni tampoco ningún hombre puede explicar.

El ateísmo, en asociación con el darwinismo, es el movimiento que está propagándose a velocidad vertiginosa en el mundo de hoy día. Es el arma más importante en el arsenal de Satanás en su batalla contra Dios. El ateísta más famoso del mundo, Richard Dawkins, un ex-profesor de la Universidad de Oxford, es el vocero principal del movimiento ateísta. Sus libros aparecen regularmente en la lista del periódico "The New York Times" como libros más vendidos. Habiéndose convertido al darwinismo a la edad de quince años, un evento que lo convirtió de ser un anglicano nominal a un ateo ferviente, él ha declarado que "una fe en Dios no es solamente estúpida sino malvada".

La misma transformación ocurrió en la vida de Charles Templeton. Él era el asociado predicador de Billy Graham. El darwinismo lo convirtió en un ateo. En su libro titulado "Una despedida a Dios," él relata lo que le escribió a Billy:

"Billy, es simplemente imposible para mí el creer, por ejemplo, la historia Bíblica de la creación. El mundo no fue creado por un período de días hace miles de años; el mundo ha evolucionado por millones de años. No es esto un asunto de especulación; es una realidad que ha sido demostrada".

Templeton estuvo trágicamente equivocado. El darwinismo continúa hoy en día convirtiendo en ateos a multitudes de personas. Muchos autores han discutido y argumentado ambos lados del creacionismo versus el evolucionismo. En realidad es el teísmo versus ateísmo, Dios contra Satanás. Este conflicto antiguo pronto llegará a su dramática conclusión. Eso es lo que el libro "El Cosmos, el Creador y el Destino Humano" nos relata.

Nosotros hacemos alarde de las grandes ciudades que hemos construido y mantenemos notas minuciosas de las hazañas atléticas: que tan veloz podemos correr, que tan alto podemos saltar, etc. Como hemos visto en el caso de la golondrina antártica, insectos y animales nos ganan en cada proeza o hazaña física. Es asombroso, sin embargo, que nadie en ambos lados del debate hace hincapié del factor clave que separa al hombre de las otras criaturas del reino animal: la habilidad del hombre en formar ideas conceptuales y expresarlas en palabras, en música y en el arte. Nosotros hemos sido hechos a la imagen de Dios, nuestro Creador y el amante de nuestras almas. Esto no puede ser dicho por ninguna otra criatura viviente.

Esta simple realidad revela la futilidad de explorar el mundo de los fósiles para tratar de encontrar "el vínculo ausente" que supuestamente existe entre el hombre y las criaturas inferiores de toda clase. Es igualmente fútil el buscar el ADN del hombre y de los animales por el vínculo ausente. Ni la estructura del esqueleto humano ni el ADN tiene nada que ver con lo que la persona realmente es. El ADN del chimpancé es 96 por ciento como la de los humanos. Esto no indica ninguna conexión evolucionaria entre el hombre y los chimpancés como lo dijo Francis Collins, un Cristiano que ha sido nombrado recientemente para encabezar el Instituto Nacional de Salud. Aún si los esqueletos completos y el ADN de Albert Einstein, Charles Dickens y Ludwig van Beethoven puedan ser descubiertos, ¿nos darían acaso la clave del genio de estos hombres? ¡Por supuesto que no! Una persona real es: un ser que no es físico viviendo en un cuerpo físico. Esta realidad es indiscutible.

Sus pensamientos no son originados por su cerebro. Usted va a ser un pensador que vivirá eternamente después que su cuerpo físico se descomponga en la tumba. Las almas y los espíritus no están sujetos a las leyes de la física y de la química que gobiernan nuestros cuerpos físicos. Estas realidades y este conocimiento tienen consecuencias serias para todos nosotros. ¿Qué ocurre con el alma y el espíritu después de la muerte? El libro de Hebreos 9:27 nos dice: "Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio". Usted puede reírse en su camino al infierno pero no va a poder reírse al querer salir.

De todas maneras la rebelión en contra de Dios que empezó con Adán ha continuado a través de los siglos con gran determinación. No cabe duda alguna que la meta principal de las investigaciones científicas de hoy en día es el probar que Dios no existe.

El propósito de la exploración espacial es el encontrar señales de agua que pueda indicar como la vida pudo haberse originado en algún otro sitio aparte de la tierra y que después haya evolucionado. La meta, por supuesto, es el demostrar que el hombre no es la única creación, sino que existen seres con inteligencia similar a través de todo el universo y por lo tanto no hay necesidad de un "dios" que nos pueda explicar nada. Esa especulación contradice la ley de biogénesis, que estipula que la vida sólo puede provenir de otra vida.

Los ateístas quieren evitar las preguntas acerca de los orígenes. Ellos hablan acerca de una repentina explosión de energía que un crítico lo nombró "la Gran Explosión" (Big Bang), pero ellos no nos pueden decir en qué consiste la energía, dónde o por qué estuvo escondida, o por qué repentinamente se manifestó en una explosión cósmica. Tampoco pueden explicar como la vida pudo haberse desarrollado en un universo donde las temperaturas eran más calientes que el interior de la estrella más caliente. Ellos no nos pueden decir lo que la vida es o cómo se pude impartir a los elementos químicos que forman nuestros cuerpos. ¿No es deshonesto hablar acerca de evolución sin antes confrontar ciertas preguntas fundamentales?

¿Qué es lo que está detrás de esta investigación tan diligente por fósiles por todo el planeta? ¿Qué otra cosa quieren encontrar a no ser que fuera una cadena evolucionaria que vincula a los microbios con el hombre para probar la eliminación de Dios? Por eso es que esta investigación continúa para poder encontrar un vínculo evolucionario que una a las criaturas inferiores con el hombre. Ya nosotros hemos probado que el hombre es más que un simple cuerpo físico, pero esa realidad es evitada por ateístas, porque nos dirige hacia Dios.

Los ateístas son materialistas. Para ellos nada existe excepto materia. Supuestamente el hombre no es más que un cuerpo físico. Esta tesis materialista es fácilmente desaprobada. Los pensamientos y las ideas no son físicos. Los diccionarios y las enciclopedias están llenos de palabras por las que no existen descripciones físicas. ¿Cuál es el color de la ética? ¿Qué olfato tiene la palabra estupendo? ¿Cuánto pesa la palabra extraordinario? El materialismo no solamente es estúpido sino también es una filosofía malvada. ¿Cuál es la textura de la estupidez, o el sonido de lo malvado, o el sabor de la filosofía, etc.?

La verdad no puede ser evitada y no debería haber ninguna demora en confrontarla honestamente. Dos veces la Biblia declara, "Dice el necio en su corazón: No hay Dios." (Salmo 14:1; 53:1). El ateísmo es la religión de necios.

Se ha relatado una historia acerca de un hombre que predicaba en el Parque Hyde de Londres, Inglaterra, y en el curso de uno de sus sermones este hombre dijo que aquel que no creyera en Dios era un necio. Un hombre en la multitud gritó: "¡Yo soy un ateísta. Si usted no puede probar que yo soy un necio, lo publicaré en los periódicos y usted se va a ver obligado a irse de esta ciudad!"

"¿Usted realmente no cree en Dios?"

"¡Claro que no! ¡Yo he estado batallando en contra de Dios toda mi vida!"

"Dígame," respondió el predicador, "si un hombre que ha pasado toda su vida batallando en contra de alguien que no existe no es un necio, ¿entonces qué es?

Representaciones de escenas terríficas de un hombre parado ante el trono de Dios han tratado de ser representadas por poetas, artistas y autores, pero nuestra imaginación nos puede llevar a la deriva. "Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo" (2 Corintios 5:10). En ese imponente, formidable y asombroso evento cada uno de nosotros estaremos en frente de Cristo cuyos "ojos (son) como llama de fuego" (Apocalipsis 1:14; 2:18)

Por otra parte, aquellos que han rechazado a Cristo y se han burlado a la oferta de salvación por parte de Dios estarán ante el Gran Trono Blanco y confrontarán aquel que está sentado en él y de cuya "presencia huyeron la tierra y el cielo, sin dejar rastro alguno" (Apocalipsis 20:11). Aquellos que se han mofado de la oferta del perdón por parte de Dios serán atormentados eternamente con la memoria obsesionante de sus malvados pensamientos, palabras y hechos, y pensando que esto no tenía que haber sido de esta manera. Ha sido el rechazo del perdón que Dios ofrecía a través de Jesús que selló su destino. Al final será bastante claro lo que David confesó a Dios: "Contra ti he pecado, sólo contra ti, y he hecho lo que es malo ante tus ojos" (Salmo 51:4). Cuando el remordimiento nos abrume y nos arrepintamos de cualquier pecado que hayamos cometido, no debemos olvidar de incluir lo que dijo David en el corazón de su confesión. Todo pecado es rebelión en contra de Dios.

Para el no creyente, las llamas del infierno son el tormento ardiente de la conciencia que Dios nos ha dado y que Salomón describe tan vívidamente:

"Como ustedes no me atendieron cuando los llamé, ni me hicieron caso cuando les tendí la mano, sino que rechazaron todos mis consejos y no acataron mis reprensiones, ahora yo me burlaré de ustedes cuando caigan en desgracia. Yo seré el que se ría de ustedes cuando les sobrevenga el miedo, cuando el miedo les sobrevenga como una tormenta y la desgracia los arrastre como un torbellino. Entonces me llamarán, pero no les responderé; me buscarán pero no me encontrarán. Por cuanto aborrecieron el conocimiento y no quisieron temer al Señor; por cuanto no siguieron mis consejos, sino que rechazaron mis reprensiones, cosecharán el fruto de su conducta, se hartarán con sus propias intrigas" (Proverbios 1:24-31).

Nosotros como Cristianos debemos darnos cuenta de la seriedad de lo que hacemos y de lo que pasamos por alto como algo trivial, y debemos arrepentirnos si tenemos alguna duda que lo que hacemos pueda ir en contra de la voluntad de Dios. Cualquier pecado, no importa cuán trivial sea, debe ser reconocido como un gran robo y una traición en contra de Dios. ¿Gran Robo? Nosotros sí hemos robado a Dios, ya sea en lo poco o en lo mucho, de la vida que Él nos ha encomendado, una vida que debe vivirse para Su gloria y en vez de hacer eso la hemos vivido para nosotros mismos. ¿Traición...? En nuestros corazones nosotros hemos lanzado una insurrección en contra del Dios del universo.

Solamente cuando veamos las cosas en esta forma podemos decir que recién hemos empezado a arrepentirnos. Muchos de los antiguos himnos de la fe reflejan la solemnidad con que devotos y adoradores deberían entrar en la presencia santa de Dios. Tristemente, estos antiguos himnos han sido puestos de lado para dar lugar a lo que hoy en día llamamos "música contemporánea" con letras que rebajan a Dios de ser el Señor del universo, un Dios que cuya majestuosidad nos causa que inclinemos nuestras cabezas en reverencia santa, a ser simplemente un amigo más.

En muchas de las llamadas iglesias evangélicas no existe el temor a Dios, que Salomón dijo que era "El principio de la sabiduría" (Salmo111:10, Proverbios 1:7; 9:10). El lamento del Señor cuando sollozó por Israel debe ser el mismo cuando Él ve lo que la iglesia es hoy en día: "El hijo honra a su padre y el siervo a su Señor. Ahora bien, si soy padre, ¿dónde está el honor que merezco? Y si soy Señor, ¿dónde está el respeto que se me debe? Yo, el Señor Todopoderoso, les pregunto a ustedes, sacerdotes que desprecian mi nombre. Y encima preguntan: ¿En qué hemos despreciado tu nombre?" (Malaquías 1:6).

Yo hablo a mi propio corazón. ¿Cuántos de nosotros realmente vivimos como si estuviéramos convencidos que el tiempo es corto y que Jesucristo pueda venir en cualquier momento? Necesitamos pausar y reflexionar acerca de esto muy seriamente. Necesitamos una renovación de corazón, un nuevo despertar de lo asombroso y maravilloso que es Dios. Muy a menudo yo le confieso al Señor que yo me pongo a temblar de pensar que voy a estar en frente de Él. Yo sé que estoy redimido y seguro en Su amor, pero cuando pienso qué grande e imponente es Él y que pequeño soy yo, se me hace presuntuoso el decir, "yo te amo, Señor".

Las Escrituras hablan con tremenda solemnidad a aquellos quienes rechazan a Dios como Creador y Salvador. No, nosotros no hemos evolucionado. Esa teoría ha sido una de las mentiras más ingeniosas de Satanás. En un solo golpe él ha rebajado al hombre al nivel de un animal irracional y al mismo tiempo le ensanchó su orgullo haciéndole creer que él podía entender cómo vino a existir sin la necesidad de Dios y por lo tanto se podría mantener libre de no dar cuentas a ninguna autoridad que sea más alta que él mismo. Esta gran ilusión fácilmente puede pavimentar el camino ancho de la destrucción.

¿Cómo puede uno injertar en un libro tal vital verdad como es la de una discusión científica acerca del origen del hombre y el propósito de su existencia? Bueno, esto es lo que se ha tratado de hacer en el libro ya mencionado, "El Cosmos, El Creador y el Destino Humano" para poder despertar a los lectores de la maravilla que es el amor de Dios y el destino glorioso que Él ha planeado para todos aquellos que abren sus corazones a Él. Qué tan verdaderas son las palabras del himno "Señor mi Dios"

Señor, mi Dios, al contemplar los cielos,

El firmamento y las estrellas mil.

Al oír tu voz en los potentes truenos

Y ver brillar al sol en su cenit.

Coro:

Mi corazón entona la canción.

Cuan grande es Él. Cuan grande es Él.

Mi corazón entona la canción.

Cuan grande es Él. Cuan grande es Él.

Al recorrer los montes y los valles

Y ver las bellas flores al pasar.

Al escuchar el canto de las aves

Y el murmurar del claro manantial.

Coro

Cuando recuerdo del amor divino,

Que desde el cielo al Salvador envió.

Aquel Jesús que por salvarme vino,

Y en una cruz sufrió y por mi murió.

Coro

Cuando el Señor me llame a su presencia,

Al dulce hogar, al cielo de esplendor.

Le adoraré, cantando la grandeza

De su poder y su infinito amor.

Coro

Título en inglés: "Cosmos, Creator, and Human Destiny - Part I