La idea de que la bondad parece estar desapareciendo en nuestros días y en nuestro país, no es una cuestión de perspectiva pesimista, sino una observación cotidiana. Las diferencias políticas, como ejemplo es bastante evidente, ya que parece haber alcanzado un nuevo nivel de malicia. La bondad no ha desaparecido del todo, pero tampoco ha tomado a la sociedad por sorpresa. Para muchas personas, un acto de bondad es poco más que un acontecimiento "agradable", a pesar de que algunos están promoviendo agresivamente la acción. Podemos observar en los parachoques de los automóviles: “¡Practique actos voluntarios de bondad!” Cosas como mantener la puerta abierta para una persona o dejar que una persona con muy pocos artículos vaya por delante de nosotros en una línea de pago, son sólo algunos de los innumerables actos que todos podemos apreciar.
Por otro lado, las personas no deben considerar que sus actos de bondad sean un mayor factor que puedan contribuir o facilitar su "entrada" al cielo. Algunos creen, erróneamente, que sus obras acumuladas convierten a una persona “mayormente buena” o ¡ciertamente, no una merecedora del infierno!
Ninguno de estos puntos de vista se relaciona con lo que la Biblia tiene en mente con respecto a la bondad, ni siquiera los actos "agradables" acumulados. Cuando quiero tener una mejor idea sobre la definición de términos en inglés utilizados en las Escrituras, he encontrado que el Diccionario de Noah Webster de 1828 es muy útil y es fácilmente accesible en el Internet. Define la "bondad" como un "acto de buena voluntad; beneficencia; cualquier acto de benevolencia que promueva la felicidad o el bienestar de los demás. La caridad [amor], la hospitalidad, la atención a los deseos de los demás, etc., se consideran actos de bondad o bondades” (Hechos 28:2).
El enfoque principal del Cristiano bíblico es entender lo que Dios está comunicando a Sus criaturas a través de Su Palabra. Su principal objetivo es ir más allá de lo que el mundo piensa, y las Escrituras van mucho más allá de la mentalidad, las prácticas y las capacidades del mundo. ¿Qué tan lejos? La bondad de Dios en sí misma es una acción significativa de Su parte, que está involucrada en la salvación de la humanidad. "Pero cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador” (Tito 3:4-6). Eso es "abrir una puerta para nosotros". Eso es proporcionar una "bondad" que nadie más que Jesús podría, y así Él lo hizo. “He puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar” (Apocalipsis 3:8). Observe que el versículo de Tito 3:4 conecta la bondad y el amor de Dios.
Veintitrés veces en los Salmos leemos de "bondad" y "amor" como una sola palabra. Es muy raro que eso se encuentre en los "actos voluntarios" del mundo, y ciertamente tampoco se puede encontrar las bondades del amor de Dios. Esto es lo que implica Sus bondades amorosas, tal como se da a través de los Salmos: salvación física para aquellos que depositan su confianza en Él (17:7); tierna misericordia (25:6); verdad (26:3); protección (36:7); continuación, rectitud (36:10); proclamación (40:10); conservación (40:11); noche y día (42:8; 92:2); adoración (48:9); misericordia y perdón (51:1); mejor que la vida (63:3); bondad (69:16); fidelidad (88:11; 89:33); Sus promesas (89:49); redención (103:4); comprensión (107:43); revivir y refrescar (119:88, 149, 159); alabanzas (138:2); guía, dirección (143:8). Estos son sólo algunos de los atributos que se encuentran dentro del carácter de nuestro Dios de amor, a quien debemos conocer y amar con todo nuestro corazón, alma, mente y fuerza (Marcos 12:30).
Isaías declara: "De las misericordias de Jehová haré memoria, de las alabanzas de Jehová, conforme a todo lo que Jehová nos ha dado, y de la grandeza de sus beneficios hacia la casa de Israel, que les ha hecho según sus misericordias, y según la multitud de sus piedades” (Isaías 63:7). Sí, eso fue para Israel, pues mejor aún, ¡está disponible para toda la humanidad! Sin embargo, la humanidad tiene una inclinación por tomar lo que Dios nos ha "concedido" y convertirlo en auto glorificación. La palabra recibida por el profeta Jeremías, corrige esa orientación egoísta, que aleja por completo lo que la bondad de Dios es realmente: “Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová” (Jeremías 9:23-24).
Dios quiere que lo entendamos y lo conozcamos. No se trata de nosotros; se trata de Él. Quiere que nos deleitemos en lo que Él se deleita, y se deleita en nuestra extensión de la bondad a los demás. Con ese fin, nos ha permitido, por Su gracia, reflejar Sus atributos. Debemos "Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos" (Lucas 6:35). Como dice la Palabra: "Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia” (Colosenses 3:12). Para todos los que afirmamos seguir a Jesucristo, esas no son sólo cosas que hacemos, sino que son lo que debemos ser como Cristianos. El verdadero Cristianismo está totalmente dirigido a nuestro prójimo, desinteresado y sin egoísmo. ¿Es así, como el mundo nos ve?
Recibí un artículo recientemente que me sorprendió. Fue una entrevista con Richard Dawkins. Lo que me sorprendió fue su observación de que el Cristianismo está perdiendo su influencia para el bien en el mundo y, como consecuencia, creando un vacío que está dando lugar a una iniquidad creciente. Esa es una impresionante reflexión de un hombre que es posiblemente el líder de los ateos. Todavía no cree en Dios, pero ve un temor literal a Dios por aquellos que sí creen en Él como un freno deseado y bienvenido contra el mal. Le preocupa que perder ese miedo le dé a "la gente una licencia para hacer cosas realmente malignas” y lo que él ve que está sucediendo en toda la humanidad está sacudiendo y cuestionando su confianza en su propia creencia que es en la bondad inherente de la humanidad. Se da cuenta de que la gente necesita ayuda para hacer el bien.
Pero esto no es lo más sorprendente. Cuando un ateo acérrimo puede ver el Cristianismo fallando en su influencia, mientras que al mismo tiempo, los propios líderes del Cristianismo son en su mayoría descuidados de ese hecho, esto nos da a entender, que la iglesia está en serios problemas.
¿Cuál es el problema? Gran parte de la iglesia está en el mundo, y gran parte del mundo está en la iglesia. ¿Cómo puede la iglesia influenciar al mundo si lo está emulando continuamente? Cuando ambos se ven y actúan en forma similar, sus diferencias se desvanecen. En consecuencia, las cosas que deleitan a Dios —particularmente nuestra emulación de Sus bondades amorosas y nuestra tendencia hacia el “prójimo” — están desapareciendo lenta pero ciertamente.
Tal vez el ejemplo más claro de esto es lo que Martin y Deidre Bobgan se refieren como "oculto a simple vista." Eso tiene que ver con el asesoramiento (consejería) y sus errores. Los Bobgan han escrito volúmenes para iluminar a la iglesia en cuanto a la verdadera manera bíblica de que los creyentes en Jesús deben ministrarse unos a otros. Esto realmente demuestra una ironía clásica. El asesoramiento bíblico debe ser una actividad altruista en la que las personas se ayuden unos a otros, ante todo restaurando su relación con el Señor, y de ahí seguirá una reconciliación entre ellos. En otras palabras, crecer en nuestro amor por Jesús y ser obedientes a Sus instrucciones es la única solución verdadera a los problemas de un creyente, cualquiera que sean. La ironía es que lo contrario, a través del asesoramiento (con pocas excepciones), está teniendo lugar en todo el Cristianismo.
El asesoramiento en la iglesia emula el asesoramiento psicológico, enfocando el uno mismo y, por lo tanto, es una antítesis de la Palabra de Dios. "¡Espera un minuto!", protestan aquellos quienes funcionan en la iglesia como supuestos consejeros bíblicos. "¡Lo estamos haciendo a la manera de Dios!" Los Bobgan han leído volúmenes de instrucciones de consejería bíblica y han visto horas de esos videos y aún no han encontrado consejeros haciéndolo "a la manera de Dios". Citaremos sólo dos ejemplos que demuestran cuán destructiva es esa "terapia" para el cuerpo de Cristo.
Todos los que van a la consejería quieren tener sus problemas resueltos, no importa cuáles sean esos problemas. Cuando el enfoque es solamente eso, entonces uno se aparta de la solución bíblica, que se puede encontrar solamente en la relación personal con Jesús. Los problemas (que nunca terminan en este lado del cielo) para el creyente en nuestro Señor, deben ser resueltos de acuerdo con Gálatas 2:20: "Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”. Pensar que el problema significativo de nuestras vidas, especialmente involucrando nuestras relaciones con los demás, puede ser resuelto por cualquier otro medio es invitar al desastre de Proverbios 14:12 y 16:25: "Hay un camino que parece justo para un hombre, pero su fin son los caminos de la muerte". La muerte aquí, significa separación de la verdad de la Palabra de Dios.
El segundo error muy crítico que se encuentra en la consejería de la iglesia es lo que está “oculto a simple vista”. Los consejeros y los aconsejados están aparentemente ajenos a su oposición a la Palabra de Dios, a medida que realizan sus sesiones de consejería. ¿Qué tan opuestos están? Comencemos con lo que se declara a través de las Escrituras con respecto a cómo nosotros, como creyentes, debemos tratar a los demás. La regla de oro es básica y abarca mucho: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas” (Mateo 7:12). Eso es fundamental, pero Jesús va a un nivel más alto. Después de declarar cuál fue el primero de todos los mandamientos, añade el segundo: "Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos” (Marcos 12:31). Cuando el abogado le preguntó quién era su prójimo, Jesús dio el ejemplo de lo que el Samaritano hizo por el hombre atacado por ladrones que lo dejaron medio muerto, terminando con la amonestación de "Id, y haced lo mismo" (Lucas 10:37). Lucas también registra: "Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos” (Lucas 6:35).
La palabra "benigno" en este versículo se traduce como "bondad", en el pasaje que enumera los frutos del Espíritu (Gálatas 5:21-22). Al igual que la fruta, la bondad debe cultivarse y cultivarse en gracia. Como se señaló anteriormente, la vida de un creyente en Cristo debe reflejar sus bondades de amor. "Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros” (Romanos 12:10). Una serie de versículos similares son demasiado numerosos para enumerar, ya que esencialmente es lo que el Cristianismo bíblico es. Cualquier creencia o práctica que se desvíe de esos versículos es una farsa, lo que significa una representación errónea y totalmente destructiva. ¿Es el asesoramiento psicológico actual y la consejería "bíblica", con influencia psicológica, que se califican como una farsa? Sí, a pesar de que su práctica perpetúa claramente el pecado, ese hecho parece estar oculto a la vista de los perpetradores.
Por lo general, como se señaló anteriormente, los consejeros acuden a la consejería para que el consejero resuelva sus problemas. El consejero cree que debe acumular detalles relacionados con el problema, para discernir lo que debe afrontar y corregir. El enfoque principal del consejero es resolver el problema. Aquí se exponen dos errores críticos. 1) El consejero está desplazando al Espíritu Santo, que solo conoce el corazón, la mente, la profundidad y la complejidad del pecado involucrado, así como la veracidad del consejero. 2) El proceso pasa por alto la relación actual del consejero (o la falta de ella) con el Señor, como la única manera verdaderamente efectiva de resolver sus problemas de pecado.
Por malo que sea, este procedimiento conduce aun a una situación mucho peor. Tanto los consejeros como los aconsejados están pecando claramente contra el Señor en su proceso de consejería. Eso es particularmente evidente cuando relaciones personales están involucradas. Tomemos, por ejemplo, una pareja casada que no se lleva bien. En el proceso de consejería, las quejas se presentan unas contra otras. Estas quejas inevitablemente se convierten en malas palabras, lo que la Biblia llama "hablar mal". El consejero es culpable de provocar una actividad pecaminosa a través de sus intentos de resolución de problemas. Además, todo esto se opone totalmente a las bondades amorosas y tiernas misericordias de Dios. "Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia” (Efesios 4:31). Trágicamente, lo anterior describe la mayoría de los intentos de consejería de matrimonios en quiebra. Esto también puede contribuir de manera importante al hecho de que, estadísticamente, el número de divorcios entre los Cristianos, es poco diferente de aquellos que no son Cristianos.
En resumen, las piedades y las misericordias de Dios, están desapareciendo, no de Dios, sino de Su iglesia. Esto se debe a que Su iglesia se está alejando de Él (Hebreos 2:1) y deja su primer amor, que es Cristo mismo (Apocalipsis 2:40). Su novia está recurriendo al mundo en busca de maneras de resolver sus problemas, maneras que sólo empeorarán sus condiciones. Aunque Richard Dawkins no conoce las razones de la influencia fallida del Cristianismo, reconoce su estado actual. La consejería que es verdaderamente bíblica debe ser lo que el mundo ve, y sus éxitos deben glorificar a nuestro Señor y aumentar la influencia del Cristianismo para el bien.
Cuando el asesoramiento psicoterapéutico entró en la iglesia en el siglo XX, comenzó como una bola de nieve rodando por una ladera de la montaña. Rápidamente alcanzó proporciones de avalancha, enterrando la verdad de la suficiencia de las Escrituras en su camino destructivo. El único cambio en este siglo, es la increíblemente nieve masiva y arrumbada que quedan, que parecen estar congeladas. Hacer retroceder y llevar al Cristianismo nuevamente al camino de Dios, puede no suceder, dada la creciente apostasía que está ocurriendo y seguirá teniendo lugar antes del regreso del Señor. Sin embargo, como vigilantes de la Palabra de Dios, debemos prestar mucha atención a las palabras de Isaías: "Sobre tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda la noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no reposéis” (Isaías 62:6). Nuestra función como guardianes que vigilan, es advertir a aquellos individuos que están atrapados por el delirio psicológico cristianizado. Debemos estar involucrados en una operación de rescate habilitada por la gracia, orando para que el Señor nos ayude a llegar a aquellos que tienen "oídos para escuchar lo que el Espíritu está diciendo a las iglesias" (Apocalipsis 2:7, 11, 17,29; 3:6, 13,22). TBC
EL DESVANECIENTO DE LA BONDAD Y LA MISERICORDIA
Febrero 2020
Título en inglés: “VANISHING LOVINGKINDNESSES AND TENDER MERCIES”