ALEJÁNDOSE DE LA RAZÓN | thebereancall.org

TBC Staff

Febrero 2022

 T. A. McMahon 

“Vengan, pues, dice el SEÑOR; y razonemos juntos”  Isaías 1:18.

¡Este es un versículo increíble! En ella vemos a nuestro Dios infinito deseando razonar con Sus seres finitos y creados. No sólo son incapaces e insuficientes (en su propia capacidad como seres finitos) para razonar con su Creador infinito, sino que también están en una condición de rebelión contra Él. A pesar de su iniquidad, señalar que están muy por debajo de Su clase de "razonamiento" es innegable. Eso ciertamente se refleja en Isaías 55:8-9: "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”. "Confía en el Señor con todo tu corazón; y no te inclines a tu propio entendimiento" (Proverbios 3:5). También, Romanos 11:33: " ¡Qué profundas son las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios!
¡Qué indescifrables sus juicios e impenetrables sus caminos!”

¿Cómo puede cualquiera de nosotros razonar con Dios? ¡A diferencia de los animales, Él nos creó con la capacidad de razonar! Pero, ¿cómo encaja eso con Isaías 1:18? Dada la inteligencia infinita de Dios, no puede significar que Él está confiando en la opinión de nosotros. ¡Por supuesto que no! Él nos está dando información que Él desea que consideremos y sobre la que debemos actuar. Se nos dice que Adán caminó con Dios en el Jardín del Edén. Esa comunión implicaba comunicación e incluía mandamientos que Adán entendía y, por lo tanto, debía obedecer: "Dios el SEÑOR tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara, y le dio este mandato: Puedes comer de todos los árboles del jardín,  pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, ciertamente morirás”. (Génesis 2: 15-17). Note que Dios le dio a Adán una razón para obedecer Su mandamiento. La consecuencia de la desobediencia sería la muerte. Adán, sin embargo, razonó lo contrario, y así el pecado entró en la creación perfecta de Dios.

Isaías 1:18 continúa: "si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana. Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien de la tierra;  si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho” (versículos 18-20). Los versículos que siguen tienen a Dios exponiendo las razones de lo que sucederá con respecto a aquellos que eligen obedecerlo o desobedecerlo. Además, las razones de Dios para ser consideras, también nos dirigen hacia el evangelio y la salvación eterna, cuya aceptación los salvará de sus pecados, y cuyo rechazo incluye la destrucción temporal y eterna.

Cuando encuentro una palabra en las Escrituras de la cual deseo tener una mejor comprensión, mi primer recurso de referencia es el Diccionario Americano del Idioma Inglés de Noah Webster de 1828.  La "razón" de eso es porque muchas de sus definiciones se extraen de la forma en que se usan en la versión King James (versión en inglés) de la Biblia. La mayoría de los diccionarios contemporáneos carecen de esa perspectiva bíblica y algunos incluso revelan un prejuicio abierto contra una cosmovisión Cristiana bíblica.

Una de las definiciones de Webster de "razón" da una idea de lo que Isaías 1:18-20 declara: "debe uno razonar hacia una creencia de verdad; uno debe alejarse de su propio razonamiento (que es inútil)”. Los razonamientos de Dios no se sujetan a algo arbitrario (dime cuáles son tus ideas).  Nos informan de la verdad con respecto a lo que sucederá en función de las decisiones que tomemos. Como se señaló, la obediencia produce bendiciones, pero la desobediencia termina en destrucción (versículo 20). Las razones de Dios son la verdad absoluta.

Webster también cita 1 Pedro 3:15 como un ejemplo de la forma en que los creyentes deben usar la razón para defender y compartir su fe: "Pero santifiquen al Señor Dios en sus corazones: y estén siempre listos para dar una respuesta a cada hombre que les pida una razón de la esperanza que está en ustedes con mansedumbre y temor". Lamentablemente, ese es un evento raro en el Cristianismo de hoy, incluso entre aquellos que afirman ser Cristianos creyentes en la Biblia. Una de las razones por las que las respuestas bíblicas son poco comunes entre los Cristianos, está relacionada con la profecía dada en 2 Timoteo 4: 3-4: "Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”.

En lugar de consultar con la Palabra de Dios por Sus razones que se explican claramente a través de la "sana doctrina", consultan otras fuentes para el entendimiento espiritual.  Muy a menudo, eso implica una dependencia en los pastores para decirles el significado de las Escrituras (lo que equivale a ser alimentados con cuchara, es decir, recibir tanta ayuda o información que no necesitan pensar por sí mismos). Tal dependencia no sólo obstaculiza el crecimiento espiritual, sino que también socava la creencia en la autoridad y la suficiencia de la Palabra de Dios misma.

Si nos dirigimos a alguien para que nos diga lo que la Biblia está diciendo, entonces la Biblia deja de convertirse en nuestra autoridad. En cambio, esa persona se convierte en nuestra autoridad. Nuestra dependencia de un pastor o un autor Cristiano popular o un llamado Psicólogo Cristiano para darnos respuestas, no solo niega la autoridad de la Escritura, sino que rechaza su suficiencia. ¿Es la Palabra de Dios nuestra autoridad? El apóstol Pablo escribió: "... las cosas que os escribo son mandamientos del Señor" (1 Corintios 14:37). Jesús declaró en Juan 17:17: "Santifícalos por medio de tu verdad: tu palabra es verdad".

Pero, ¿es suficiente la Palabra de Dios? Pedro, bajo la inspiración del Espíritu Santo, nos asegura: "Según su poder divino nos ha dado todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad, por medio del conocimiento de aquel que nos ha llamado a la gloria y a la virtud" (2 Pedro 1:3). Si la Palabra de Dios no es suficiente, ¿a quién debemos dirigirnos con respecto a "todas las cosas que pertenecen a la vida y la piedad"? Pedro respondió a esa pregunta en respuesta a Jesús: "Señor, ¿a quién iremos? tienes las palabras de vida eterna" (Juan 6:68). El apóstol Pablo escribió: "Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:16-17).

No es que un hermano o hermana en el Señor no pueda ayudarnos en nuestro conocimiento de la Biblia y nuestro caminar con Jesús, pero se convierte en un problema grave cuando nuestra fe se convierte en una dependencia de ellos. ¡Entonces no es ya la fe nuestra! El Señor nos hace a todos personalmente responsables de lo que creemos. He tenido el extraordinario privilegio de trabajar y aprender de Dave Hunt durante casi cuatro décadas, sin embargo, nunca me alimentó con cuchara. Cuando tenía preguntas, la mayoría de las veces me hacía escudriñar las Escrituras para saber lo que creo y por qué lo creo.

Saber lo que uno cree pero no saber el “por qué” está en el corazón de uno que huye de la razón. Ciertamente, un creyente en Jesucristo necesita saber lo que cree acerca de la salvación para ser salvo. Sin embargo, ese conocimiento rara vez es útil para convencer a los no creyentes de las razones que un creyente tiene para dedicar su vida al Señor y así recibir el don de Dios de la vida eterna. Dave Hunt habla de cuando predicó un sermón que trataba de por qué la fe bíblica debe basarse en la razón y la prueba. Siguiendo su mensaje, varias personas se acercaron a él diciéndole que si uno tiene pruebas, ¿no eliminaría eso la necesidad de fe? La respuesta de Dave fue cuestionar su entendimiento de la fe bíblica, que no es un salto en la oscuridad, es decir, una creencia sin un apoyo substancial.

La Palabra de Dios, por ejemplo, nos señala la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. Ese evento, el más significativo y glorioso de la historia, no fue presentado en las Escrituras como un incidente que debía ser aceptado por una fe ciega. Por el contrario, al referirse a las actividades de resurrección, Lucas escribe en Hechos 1: 3, "A quien también él (Jesús) se mostró vivo después de su pasión por muchas pruebas infalibles, siendo visto de ellos cuarenta días, y hablando de las cosas concernientes al reino de Dios". ¿Cuáles fueron algunas de esas "pruebas infalibles" que alientan la fe? Por un lado, Él demostró a Sus discípulos a través de Su apariencia física que Él no era un fantasma o un espejismo: "Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo” (Lucas 24:39).

¡Pensarías que su fe se habría galvanizado tanto a través de la apariencia como de las convincentes palabras de Jesús! Pero eso no fue suficiente: "Y como todavía ellos, de gozo, no lo creían, y estaban maravillados, les dijo: ¿Tenéis aquí algo de comer? Entonces le dieron parte de un pez asado, y un panal de miel. Y él lo tomó, y comió delante de ellos” (Lucas 24:41-43). Una vez más, Jesús les dio más "pruebas". También les dio razones de las Escrituras para creer que Él resucitó de entre los muertos: "Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos” (Lucas 24:44).

Lo esencial aquí es que la Biblia documenta lo que declara con razones irrefutables y "muchas pruebas infalibles". Estos sentaron las bases para la creencia que permite a los Cristianos nacidos de nuevo "luchar fervientemente por la fe que una vez fue entregada a los santos." ¡Ese fundamento es necesario y da a los creyentes la confianza para aceptar por fe lo que nuestras mentes finitas no pueden comprender! Por ejemplo, hay buenas razones por las que Dios debe consistir en tres Personas, sin embargo, esa verdad de la Palabra de Dios está más allá de nuestra capacidad de comprender con la mente y solo puede ser profesada por la fe, una fe construida sobre la base de pruebas y razones infalibles. A eso podríamos agregar la verdad de Dios creando todas las cosas de la nada, y la creencia de que Dios siempre ha existido. Estos son cuestiones totalmente de fe, que Dave señala: "Entonces, la fe abarca algunas cosas que están más allá de mi capacidad de probar o comprender completamente, pero solo da ese paso en la dirección que la evidencia ha señalado y después de haber recibido evidencia suficiente para justificar tal paso".

El razonamiento con respecto a la verdad de las Escrituras se está desvaneciendo rápidamente en nuestros días, cuando reina la "corrección espiritual" del ecumenismo y se prefiere el "evangelismo de amistad" a la corrección de creencias erróneas de nuestros amigos perdidos. ¿Qué pasa entonces con el enfoque evangelístico de parte de Pablo: "Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos”; "Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y persuadía a judíos y a griegos”;  "Y llegó a Éfeso, y los dejó allí: y entrando en la sinagoga, discutía con los judíos"; "Pero al disertar Pablo acerca de la justicia, del dominio propio y del juicio venidero, Félix se espantó, y dijo: Ahora vete; pero cuando tenga oportunidad te llamaré”;

" Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios” (Hechos 17:2; 18:4, 19; 24:25; 19:8).

Vivimos en tiempos en que la huída de la razón está bastante avanzada. Cuando uno rechaza o se aleja de la Palabra de Dios, se queda con sus propias formas y medios irracionales para resolver sus problemas (Proverbios 14:12; 16:25). Eso nunca ha funcionado, un hecho del que la historia da fe. Sin embargo, ese fracaso no ha disuadido a la humanidad. Por el contrario, los vanos intentos del hombre están aumentando exponencialmente. La razón ha sido secuestrada y transformada por el misticismo. Cuando las cosas no se pueden arreglar en ningún sentido práctico, el cambio es hacia lo subjetivo, la imaginación, lo ilusorio. Los sentimientos se convierten en la guía esperanzadora para cumplir con las expectativas de uno, que nunca se realizan. Esa condición elimina la razón para poder alejar a alguien de sus creencias erróneas. Tales conversaciones casi siempre terminan con: "Escucho lo que estás diciendo, pero lo siento, simplemente no me siento así". Cuando la esperanza de uno está ligada a los sentimientos, el razonamiento objetivo está muerto.

Ese será el “modus operandi” de Satanás para marcar el comienzo de la religión y el reino del Anticristo. La orientación de los "sentimientos" elimina cualquier sentimiento de culpa, absolviendo cualquier sentimiento de ser juzgado o de estar equivocado. ¿Cómo se puede determinar que los sentimientos de uno son "incorrectos"? La persona misma se convierte en el árbitro de la verdad ("Tu verdad es tu verdad y mi verdad es mi verdad"). Es sólo una ligera variación de la oferta de Satanás a Eva: "... seréis como dioses, conociendo el bien y el mal". La persona misma se convierte en un "dios", que es la mentira que comenzó en el cielo con la auto-exaltación de Lucifer (Isaías 14:13-14) y es la ambición del Anticristo y de todos los que eligen seguirlo.

La huida de la razón es un viaje a la oscuridad total y la separación para siempre de Dios, quien  nos ama tanto que envió a Su Hijo, Jesús, a pagar todo el castigo por nuestros pecados y nos ofrece el regalo de la vida eterna con Él.

TBC