EL ACTIVISMO CRISTIANO – ¿ES ESTO BIBLICO? | thebereancall.org

TBC Staff

Publicado anteriormente en Noviembre 1, 1989.

Un número creciente de Cristianos se están involucrando en activismo social y Político, con el asombroso propósito de intentar coaccionar a una sociedad impía para que adopte estándares Cristianos de conducta. La "Operación Rescate" es un ejemplo. Su fundador, Randall Terry, explica que su propósito es crear agitación social y, por lo tanto, presionar al gobierno para que cambie las leyes del aborto. Un folleto típico declara: La “Operación Rescate” ayuda a producir la tensión social necesaria para el cambio político... ya sea para bien o para mal, el cambio político se produce después de que grupos de ciudadanos traigan suficiente tensión a la nación y presionen a los políticos para que se cambien las leyes”.

No importa cuán encomiable sea el objetivo de tales tácticas, no hay un solo ejemplo en toda la Biblia de activismo político o social que haya sido defendido o utilizado por el pueblo de Dios. Ese hecho debe tomarse en consideración antes de tomar acción acerca de este importante tema. Hay numerosos casos de desobediencia civil en las Escrituras, pero nunca se involucró con el propósito de obligar a una sociedad impía a obedecer los principios bíblicos. Las parteras Hebreas, por ejemplo, desobedecieron el edicto del faraón y perdonaron la vida de los bebés varones, incluso mintiendo para encubrir su "operación de rescate”. Dios estaba tan complacido con su obediencia a Él que sus nombres, Sifra y Fúa, han sido preservados para nosotros (Éxodo 1:15-22). Esto fue, sin embargo, una cuestión de conciencia individual ante Dios, no un intento organizado de presionar a los Egipcios paganos mediante manifestaciones masivas, para que adoptaran la moral dada por Dios a Israel.

Lo mismo es cierto de Sadrac, Mesac y Abednego, cuando rehusaron a obedecer la orden del rey de inclinarse ante un ídolo, y del desafío de Daniel al decreto real contra la oración. Aunque testificó audazmente de Dios incluso ante los reyes, Daniel nunca usó su alta posición en el gobierno para intentar presionar a una sociedad pagana a abandonar sus malignas prácticas y comenzar una forma de vida piadosa. Ni José ni Ester presionaron a las sociedades paganas, en las que ocupaban altos cargos, para que adoptaran la moral bíblica.  Así fue con Esdras y Nehemías, los cuales usaron su influencia con los reyes para obtener permiso para reconstruir Jerusalén y el templo, pero no hicieron ningún intento de cambiar las prácticas de esas sociedades , a pesar de que practicaban el aborto, la homosexualidad y otras perversidades.

No hay ejemplos bíblicos que apoyen el ”Activismo Cristiano" de hoy. Cristo ”sufrió por nosotros, dejándonos un ejemplo para que siguierais sus pasos".Él reprendió severa y repetidamente a los falsos líderes religiosos de Israel, ¡pero nunca habló, ni siquiera una vez, contra las injusticias de la autoridad civil Romana! Tampoco abogó, organizó o participó en ninguna protesta pública para presionar a Roma para que cambiara su sistema corrupto, o a la sociedad de Su época por sus malos caminos. Se sometió a autoridades injustas como Romanos 13 nos dice que debemos hacer hoy. “Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;   quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente” (1 Pedro 2:21-25). ¡No hay activismo aquí! Así fue con los apóstoles y la iglesia primitiva.

Sí, Pablo le dijo al centurión, que estaba a punto de azotarlo ilegalmente, que era un ciudadano Romano; y les dijo a los funcionarios locales de Filipo que vinieran y se disculparan por golpearlo a él y a Silas sin juicio. Sin embargo, eso no era activismo político/social. No estaba intentando así cambiar la sociedad. Simplemente estaba defendiendo sus derechos personales bajo la ley (como también deberíamos hacer), y eso incluye votar. Pablo estaba decidido a obedecer a Dios en lugar de a los hombres y nunca se abstuvo de predicar el evangelio, aunque eso significaba su vida. Si el activismo cristiano hubiera sido la voluntad de Dios, Pablo habría sido el primero en estar involucrado sin miedo y a cualquier costo.

Las Escrituras, entonces, desde Génesis hasta Apocalipsis, no ofrecen ni por ejemplo ni por enseñanza doctrinal la idea de que los Cristianos deben participar en el activismo político/social o adoptar los métodos de la “Coalición sobre el Avivamiento” o que los Cristianos en cargos públicos deberían influenciar a la sociedad para adoptar estándares bíblicos de conducta. No olvide que cualquier cambio tendría que efectuarse a través de un sistema político corrupto que involucre a una mayoría impía por encima y por debajo.  Romanos 13 nos dice que obedezcamos a los gobernantes, y 1 Timoteo 2 que oremos por ellos, no que intentemos cambiarlos por coerción. No sólo es tonto sino contraproducente intentar persuadir a los inconversos para que vivan como Cristianos. No pueden hacerlo, y si pudieran, solo los cegaría más a su pecado y la necesidad de un Salvador. Hechos 19:23-41 cuenta cómo un gran grupo de ciudadanos en Éfeso organizó una gran manifestación contra Pablo y el evangelio que predicó. Una multitud de probablemente varios miles de personas se rasgaron la ropa, arrojaron polvo al aire y durante dos horas cantaron vociferosamente su alabanza al dios fabricado localmente que era su principal fuente de ingresos: “¡Grande es Diana de los Efesios!”; gritaron. ¿Debería Pablo haber reunido a una multitud más numerosa de Cristianos para clamar aún más fuerte, y más tiempo y, por lo tanto, imponer su voluntad a las autoridades locales? ¡Claro que no! Tal conducta anticristiana es degradante para nuestro Señor y Su evangelio y habría sido inconcebible para la iglesia primitiva. Sin embargo, eso es básicamente lo que el activismo cristiano implica hoy en día: el intento bien intencionado, pero tonto de forzar los principios cristianos sobre una sociedad atea a través de una maquinación más efectiva, manifestaciones más grandes y una mayor agitación social de lo que los homosexuales, abortistas o pornógrafos pueden producir.

En lugar de presionar a los impíos para que vivan como santos, debemos ganarlos para Cristo y puedan así vivir completamente para Dios. Nuestras vidas personales deben ser vividas en obediencia a las leyes de Dios, incluso si eso nos pone en conflicto con las leyes civiles. Además de evitar la idolatría y la inmoralidad, los Cristianos deben predicar el evangelio a todos en todas partes, independientemente de los edictos del gobierno en sentido contrario. Al hacerlo, los apóstoles hicieron esa declaración histórica "¡Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres!” (Hechos 5:29). Su ejemplo ha sido seguido por los Cristianos a lo largo de los siglos, desde los mártires bajo la Roma pagana y su sucesor, el Catolicismo Romano, hasta aquellos que contrabandean Biblias a tierras islámicas o comunistas.

Aunque prohibidos por las autoridades, los apóstoles persistieron en predicar el evangelio. Sin embargo, al igual que su Señor, no hicieron ningún intento de presionar a Roma para que ponga fin a la prostitución y a los abortos; tampoco organizaron manifestaciones públicas por un cambio de las leyes injustas. Existe el peligro de estar tan atrapado en el aspecto social de las buenas causas que uno olvida y descuida el principal llamado Cristiano. La Gran Comisión no implica ejercer una influencia Cristiana sobre la sociedad. No debemos cambiar la sociedad, sino convertir a los individuos. Hoy se habla mucho de cambiar el mundo para Cristo. De hecho, no hay ninguna enseñanza bíblica o ejemplo que apoye ese eslogan popular. En lugar de persuadir a los pecadores para que vivan como santos, debemos llamarlos a la ciudadanía celestial a través del arrepentimiento hacia Dios y la fe en nuestro Señor Jesucristo (Hechos 20:21). 

Pero, ¿no se supone que debemos ser  “sal y luz" en el mundo? (Mateo 5:13-16). Sí, Cristo lo dijo. Para entender lo que Él quiso decir, debemos mirarlo como nuestro ejemplo perfecto. Jesús, ”la luz del mundo", nunca abogó ni trató de efectuar un cambio social/político. Su luz revela el pecado y lleva a los hombres a la salvación, preparándolos para el cielo (Efesios 5: 8-13). La sal purifica la herida que la luz revela y reprueba.

La predicación y el ejemplo han realizado cambios significativos en la sociedad. Sin embargo, la abolición de la esclavitud, la promulgación de leyes de trabajo infantil y mayores derechos para las mujeres, mientras que estas mejoras fueron muy importantes y por las cuales debemos estar agradecidos, no han hecho que la sociedad sea más piadosa. Tampoco es más probable, bajo estas mejores condiciones, que un mayor porcentaje de la humanidad termine en el cielo que antes. Si bien vale la pena trabajar por tales cambios, muchos de los que se llaman a sí mismos Cristianos, se han absorbido tanto en las buenas causas que han perdido su fervor por salvar almas. Han terminado uniendo fuerzas con los que no son Cristianos que también defienden los valores tradicionales y promueven un “evangelio social", repleto de concesiones que no puede salvar. Sin embargo, el bien que el activismo social/político a menudo produce es una fuerte motivación para participar en él. Muchos Cristianos estuvieron involucrados en el movimiento de derechos civiles que finalmente puso fin a la segregación. ¡Seguramente no está mal que los Cristianos participen en tales actividades! ¡Ciertamente los bebés inocentes que están siendo asesinados en clínicas de aborto, tal como los judíos estaban en los campos de exterminio nazis, deberían ser rescatados! ¿Deberían los Cristianos no hacer nada? ¿No hay ninguna base en las Escrituras para ayudar a los oprimidos?

Sí, la Biblia nos advierte: "Libra a los que son llevados a la muerte; Salva a los que están en peligro de muerte.   Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos, ¿Acaso no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu alma, él lo conocerá, Y dará al hombre según sus obras” (Proverbios 24:1-12). La parábola del Buen Samaritano también nos dice que debemos cuidar de todos los que necesitan ayuda, así como Cristo manda: Haz a los demás lo que quisieras que te hicieran a ti”. Estos principios están bajo la ley de Dios escrita en las conciencias de toda la humanidad: Ama a tu prójimo como a ti mismo" (Marcos 12:31).

Debemos hacer todo lo posible para rescatar a cualquier persona en peligro. La Biblia no nos dice acerca de los santos individuales que están o han estado involucrados en esta obra, porque no es específicamente una tarea Cristiana ni es algo que ha sido asignado a la iglesia, sino que es responsabilidad de cada persona. Además, los "rescates” deben realizarse para salvar vidas, no con el propósito de crear “agitación social” para obligar a una sociedad malvada a adoptar estándares bíblicos. Incluso persuadir a un régimen comunista y opresivo, para que otorgue una mayor libertad, puede tener efectos imprevistos y secundarios que pueden resultar ser malignos.

De repente, Gorbachov está concediendo libertad de culto y predicación en la Unión Soviética comparable a lo que hemos disfrutado en el Occidente. ¿Cuáles son sus motivos? Al igual que Constantino en la antigua Roma, considera que esto es necesario para el bien del imperio e incluso puede pensar que la libertad puede destruir la iglesia aún más eficazmente que la opresión. De hecho, tal ha sido el caso. Lamentablemente, muchos Cristianos soviéticos que han logrado llevar a sus familias al Occidente y que inicialmente han agradecido a Dios por la libertad, han perdido a sus hijos por las drogas, el sexo libre, el orgullo, la lujuria y la mundanería, y eso podría ser un mayor peligro para los creyentes en la “libertad" del Occidente que bajo la opresión comunista.

El activismo Cristiano de hoy es demasiado estrecho y selectivo. Aborda ciertas Cuestiones, pero ignora muchas otras de igual o mayor importancia. No solo debemos rescatar a los no nacidos, sino también a los niños en las escuelas públicas que están siendo pervertidos a través de la enseñanza de la inmoralidad, la brujería y el ocultismo. Debemos identificar la psicología como el principal vehículo de gran parte de este mal, y erradicarlo de nuestras iglesias, seminarios y universidades. Debemos denunciar el pecado, llamar a arrepentimiento nacional, y predicar el evangelio con poder de convicción. Los Cristianos deben llamar al arrepentimiento no solo por la homosexualidad, el abuso infantil, la pornografía y el aborto, sino también por formas más sutiles de rebelión contra Dios y rechazo de Cristo. La iglesia debe ser acusada tanto por su falta de preocupación social como por sus herejías y su falta de predicación de la verdad. Debemos denunciar las falsas enseñanzas destructivas que abundan.  Es hipócrita que la iglesia proteste por los pecados del mundo mientras tolera e incluso honra dentro de sus filas a aquellos que predican un evangelio falso y son los enemigos de la cruz de Cristo.

En lugar de manifestantes, necesitamos profetas que llamen al mundo al arrepentimiento: “Enocs”, que caminen con Dios y adviertan del juicio (Hebreos 11:5; Judas 14-15); predicadores de justicia como Noé, (2 Pedro 2:5), que advierten del juicio que vendrá e invitan a los pecadores a un arca de seguridad. ¡Qué pasaría si, en lugar de construir el arca, Noé hubiera tratado de reformar la sociedad!

Necesitamos gente como Daniel: “Mene, mene, tekel, uparsin" ¡la escritura está en la pared, Estados Unidos! ¡Te han pesado en la balanza y te han encontrado con faltas! ¡Los bebés asesinados, la abominación de la homosexualidad y la rebelión frívola y deliberada de la sociedad contra Dios han despertado Su ira más allá de cualquier posibilidad de indulto! Necesitamos a Isaías y Jeremías que nunca habían oído hablar de hacer una “confesión Positiva” o del “poder del pensamiento positivo”, ¡pero predicaron la verdad!

El “Activismo Cristiano" no es Cristiano. Representa un desvío del camino recto que la iglesia debe caminar ante el mundo. Puede confundir los problemas reales, conducir a concesiones y alianzas profanas, y desviar tiempo y esfuerzo que se utilizarían mejor al proclamar el evangelio. Considere las demandas sobre su tiempo y establezca prioridades. Estén completamente dedicados a rescatar almas por la eternidad. TBC