EL ECUMENISMO Y EL CATOLICISMO | thebereancall.org

TBC Staff

Publicado por primera vez en Septiembre de 1990

Hemos observado que el movimiento ecuménico desempeña un papel clave en la formación de la religión mundial del Anticristo, que será como un Cristianismo paganizado como lo fue durante Constantino y que se convirtió en la iglesia Católica. Por lo tanto, no sorprende que detrás de todo esto, la iglesia Católica haya estado fomentando el ecumenismo durante varios años. No solamente está atrayendo a los "hermanos separados" del Protestantismo para que retornen a la “madre iglesia”, sino que también está uniendo a todas las religiones bajo el liderato de Roma, como indica Apocalipsis 17.

Los papas Católicos han sido los líderes del ecumenismo mundial. Como tal, ellos presentan una imagen completamente diferente del inflexible dogmatismo determinando a convertir al mundo entero al Catolicismo. Con ese fin Juan Pablo II ha tomado la iniciativa en ponerse en contacto con líderes de las religiones del mundo, los acepta como si estuvieran trabajando hacia los mismos objetivos de justicia social, integridad ecológica y paz mundial, al mismo tiempo sugiriendo que sus oraciones son tan efectivas como los de los Católicos y tampoco ha intentado convertir a ninguno de ellos. Él parece estar contento con ser reconocido como el líder espiritual de las religiones del mundo, unidos todos para la paz.

Esta estrategia por parte del Papa es totalmente coherente con el sistema religioso que representa. Como hemos documentado en otras publicaciones, el Catolicismo se formó a través de una unión de "Cristianismo" y paganismo, y se ha adaptado siempre a cualquier religión cristianizada. Haití, por ejemplo, se dice que es 85% Católico y 110% Vudú. Cada ceremonia Vudú comienza con oraciones Católicas. Asimismo, el culto mortal espiritista de la Santería, es una mezcla de brujería Africana y Catolicismo, llevado a cabo en el nombre de "santos", que suplantan a los dioses Africanos. En Río de Janeiro, fieles Católicos visitan cementerios para hacer peticiones a los espíritus de sus antepasados, junto con los “santos” Católicos, etc.   

El Cristianismo paganizado del Catolicismo fue desarrollado por el emperador Constantino para unir a su imperio. Su ingenio fue saber el valor de la concordia religiosa para lograr la unidad política. Él parece haber sido el primero en entender la necesidad del ecumenismo para obtener tal armonía. Gorbachov al parecer tenía las mismas ideas y, al igual que Constantino, encontró a un socio dispuesto en el Pontífice Romano.  Juan Pablo II viajó por el mundo para promover la tolerancia tradicional del Catolicismo hacia las religiones paganas. En las universidades de Calcuta y Nueva Delhi en su visita de 1986 a la India, el Papa dijo a enormes audiencias Hindús que no había venido allí para enseñarles nada, sino para aprender de su "rico patrimonio espiritual". Como buen diplomático del gran ecumenismo mundial él declaró:  

“La misión de la India... es crucial, debido a su intuición de la naturaleza espiritual del hombre. De hecho, la mayor contribución que la India puede ofrecer al mundo, es su visión espiritual del hombre. Y el mundo se beneficiará de esta antigua sabiduría y encontrará en ella el enriquecimiento para la vida humana”.

Tal alabanza del Hinduismo por un líder del mundo Cristiano, parece inconcebible. Sin embargo, dicha aceptación tolerante de todas las religiones es exactamente lo que será necesario para unir a la humanidad bajo el Anticristo. No podemos detener el movimiento ecuménico, pero debemos rescatar a tantos individuos como sea posible, antes de que sea demasiado tarde. El Papa repetidamente ha hecho sus intenciones bien claras. Hablando en Génova, Suiza, a los líderes del Consejo Mundial de iglesias que representan a 400 millones de Protestantes en todo el mundo, Juan Pablo II declaró:

“Desde el principio de mi ministerio como obispo de Roma, he insistido que el compromiso de la iglesia Católica en el movimiento ecuménico es irreversible”.

El Papa también estuvo muy claro cuando dijo que nunca podría haber ningún   "compromiso en la cuestión de la autoridad papal". Sin embargo este hecho no parece disuadir la participación Protestante en este movimiento ecuménico papal. Ni ha disminuido la alabanza abrumadora hacia él, incluso por los evangélicos prominentes, por su "liderazgo moral y espiritual".

Juan Pablo II ha promovido abiertamente ideas panteístas de la Nueva Era. Aunque el movimiento de la Nueva Era ha sido bien expuesto por un número de escritores, sus principios básicos continúan siendo aceptados cada vez más, incluso entre los evangélicos, y desempeñan un papel importante para el Anticristo. Aún en 1961, James I. McCord, el presidente del Seminario teológico de Princeton, instó a los Cristianos a aceptar como un don de Dios la Nueva Era, con la acompañante sincretización (unidad de creencias sin un examen crítico)  del Cristianismo y otras religiones. McCord observó con gran satisfacción que "uno de los más leídos historiadores, Arnold Toynbee, es un apóstol de una unión de Cristianismo y Budismo Malhayarían".

Este enérgico Papa, está varios pasos por delante de McCord y Toynbee en su diplomacia personal con los Hindúes, Budistas, Musulmanes y los adherentes de muchas otras religiones. Ni tampoco estuvo fuera de lugar con eventos de la Nueva Era, tales como “La Cooperación Mundial Instantánea” y la “Convergencia Armónica”. Como antes hemos señalado, Juan Pablo II promueve abiertamente la misma creencia: que oraciones unidas por la paz de todo tipo, desde yoga a ritos de brujería, están liberando poderosas "energías espirituales", para sanar nuestro planeta. La iglesia Católica, como el Consejo Mundial de iglesias, han promovido la cooperación global entre todas las religiones durante muchos años.

La inclinación de Toynbee para una asociación Budista-Cristiana es compartida por muchos prominentes líderes religiosos. Tengamos en cuenta lo siguiente, del obispo Episcopal de Newark, John S. Spong:

“En el otoño de 1988, yo adoré a Dios en un templo Budista. Mientras que el olor del incienso llenaba el aire, yo me arrodillé ante tres imágenes de Buda, sintiendo que el humo podría llevar mis plegarias al cielo. Fue para mí un momento santo, porque estaba seguro de que yo estaba de rodillas en tierra santa... No haré ningún intento de convertir al Budista, al Judío, al Hindú o al Musulmán. Estoy contento de aprender de ellos y caminar con ellos hacia el Dios que vive, mi creencia va más allá de las imágenes que nos unen y que nos ciegan”.   

"Su santidad" el Dalai Lama del Budismo Tibetano ha sido amigo de confianza del Papa y ha sido bien recibido por los líderes Católicos Romanos alrededor del mundo. En 1979, al comienzo de su primera gira por Estados Unidos, el Tibetano Dios-rey-en-exilio fue agasajado en grande en el lugar más conocido de la ciudad de Nueva York del Catolicismo Romano, la Catedral de San Patricio, donde participó en un "servicio de oración" descrito por la revista “Time” como, "un extraordinario festival interreligioso”. El Cardenal Terence Cooke de Nueva York fue el anfitrión. El Dalai Lama, quien declaró que las "principales religiones del mundo son básicamente las mismas”, recibió una ovación por la multitud de aproximadamente 5,000 personas que desbordaba el lugar. Dicho que el Cardenal Cooke, quien también “compartió su santuario con un Rabino y un Ministro Protestante, así como con su huésped Budista", declaró lo siguiente:

“Este es uno de los movimientos más dramáticos del Espíritu en nuestro tiempo. Nos hemos sentido bienvenidos unos a otros, en nuestras iglesias, templos y sinagogas”.

¿Que "espíritu"? El cardenal no podía haberse referido al Espíritu Santo, de quien Cristo dijo que llevaría a sus seguidores “a toda la verdad” (Juan 16:13). Otro cardenal ecuménico fue Agustín Bea, un jesuita y rector de diecinueve años del Colegio (Instituto) Pontificio Bíblico de Roma. Junto con la Universidad Pro Deo de  Roma, Bea anualmente ha auspiciado "Ágapes de Hermandad", reuniones atendidas por cientos de invitados de decenas de países que representan las principales religiones del mundo, desde Budistas y Musulmanes hasta Sintoístas. Uno de los típicos discursos del Cardenal Bea fue hecho en el “Séptimo Ágape” en el que "destacó la Hermandad del hombre y la Paternidad de Dios, que recalcó, abarca a todos los hombres..."

El Cardenal Bea fue confesor personal del Papa Pio XII, consejero cercano de varios otros papas, presidente del Secretariado para la promoción de la Unidad Cristiana, hasta su muerte en 1968. Él contactó David DuPlessis (conocido como "Sr. Pentecostés"), a quien invitó a la tercera reunión del Segundo Concilio Vaticano. Bea pudo ver el floreciente movimiento carismático como un vehículo para los objetivos ecuménicos de Roma. DuPlessis y otros líderes carismáticos Protestantes, cayeron como fruta madura en sus manos. Los que apoyaron a Bea incluyeron gente americana adinerada e influencial, como Henry Luce, de la publicación “Tiempo, Vida y Fortuna” (Time, Life and Fortune) y el magnate J. Peter Grace.

Otra mano guiadora quien usó el movimiento carismático para lograr los objetivos de Roma, fue el Cardenal León Joseph Suenens, quien recibió el Premio Templeton de 1976, por el “Progreso en Religión”. Él expresó que el Cardenal Bea era uno de "los 'profetas' de nuestra era". A Suenens le fue dado un mandato especial para supervisar “la renovación” en todo el mundo del movimiento carismático en la iglesia Católica, una tarea que fue reconfirmada por Juan Pablo II.

El cardenal fue muy influyente en el Consejo General formado en la década de 1970, para pastorear Protestantes/Católicos líderes carismáticos. Este Consejo dirigió el movimiento carismático ecuménico durante años en forma muy sutil y secreta. Documentos de la conferencia de Mayo-Junio, 1977, revelan que una “alianza” fueron hechos con el Cardenal Suenens, que incluyó lo siguiente:

“Nosotros, como Consejo, estamos comprometiéndonos a trabajar juntos con el cardenal por la restauración de la gente Cristiana y proyectos para la evangelización mundial que se acordarán mutuamente. En cada proyecto, liderazgo, autoridad y método de funciones se determinará mutuamente entre el cardenal y el Consejo a la luz de las exigencias de cada situación”.

“¿Evangelización mundial" con Suenens? ¡Qué ingenuidad! El Cardenal Suenens organizó y dio el discurso de apertura en la segunda Conferencia Mundial sobre Religión y Paz en Lovaina, Bélgica en 1974, que recibió la bendición del Papa Pablo VI. Los delegados fueron particularmente impresionados con el importante papel que jugará la unidad religiosa en el establecimiento del gobierno mundial que ya se avecina. El clamor fue de una llamada continua para "un nuevo orden mundial”.  Bajo el liderazgo Católico, la declaración de Lovaina, expresó lo siguiente:

“Budistas, Cristianos, Confucionistas, Hindúes, Judíos, Musulmanes, Sintoístas, Sijs,  y todavía otros; hemos intentado aquí escuchar el espíritu dentro de nuestras variadas y venerables tradiciones religiosas... hemos lidiado con los imponentes problemas que nuestras sociedades deben resolver para lograr la paz, justicia y el ennoblecimiento de la calidad de vida de cada persona y cada pueblo...

Nos alegramos y esperamos que ahora... la larga época del soberbio y prejuicioso aislamiento de las religiones de la humanidad, haya desaparecido para siempre.

Hacemos un llamamiento a las comunidades religiosas del mundo para inculcar la actitud de la ciudadanía planetaria...”

El Presidente de la Conferencia Mundial, por muchos años fue un arzobispo Católico de la India. La tercera Conferencia Mundial, celebrada en Princeton en 1978, concluyó "con un servicio de culto en la Catedral de San Patricio en la ciudad de Nueva York, donde el cardenal Terence Cooke fue el anfitrión” y donde participaron miembros de docenas de religiones "adorando" juntos.

Incluso los desayunos de oración que atraen a líderes políticos y religiosos juntos en toda América y modelados de acuerdo al que comenzó en Washington, D.C. —originalmente concebido por evangélicos como oportunidades para un claro testimonio de Jesucristo, se han deteriorado en gran medida y se han convertido en plataformas ecuménicas para la aceptación de todas las religiones. "Grupos de participantes" en el desayuno anual de oración interreligiosa de Los Ángeles, por ejemplo, "estaban incluidos desde la Junta de Rabinos y el Consejo de Sangha Budista a... la fe Bagá”. 

Podría llenarse un volumen entero con ejemplos similares. La reunión del Papa con los líderes de doce religiones del mundo en Asís en 1986 para rezar por la paz inspiró actos similares en todo el mundo. Típico es el Asís de América del Norte: un encuentro de varios religiosos, patrocinado por la red interreligiosa de esta región, iniciado por el templo del entendimiento. Los materiales promocionales del Asís de América del Norte,  promueven la igualdad de los “Budistas, Cristianos, Hindúes, Judíos, Musulmanes, Americanos Nativos, Sintoístas, Siques, Universalistas Unitarios, etc.”.  

En estas reuniones sería de muy mal gusto, si no prohibido, por Jesús Cristo para presentarse y declarar, "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida: nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). Tal dogmatismo no es tolerado por quienes predican la tolerancia para todas las creencias. ¿Sin embargo, quien es el más dogmático — quien hizo esta declaración verdadera o quien lo prohíbe?

La actitud Cristiana adecuada hacia estas reuniones se puede deducir fácilmente. ¡Trate de imaginar la reacción del apóstol Pablo, si supiera que Timoteo estaba patrocinando un servicio "interreligioso" de oración a la que invitaba la participación del Sanedrín Judío, los "Cristianos" excomulgados, los herejes y sacerdotes de los templos paganos!

La confusión es creada cuando aquellos que se llaman "Cristianos" aceptan tal compromiso por la buena causa de la paz mundial y es ilustrada por la tercera reunión de la conferencia titulada, “Cooperación Instantánea Mundialista”, que se celebró en Wichita, Kansas, el 31 de Diciembre de 1988. Este “servicio de oración” mundial se llevó a cabo simultáneamente "en más de 70 países y en varias ciudades de los Estados Unidos". El programa oficial, que incluyó charlas y oraciones por Budistas, Judíos, Musulmanes, Hindúes y Cristianos, empezó con el himno "Amazing Grace" y concluyó con "un canto por el coro Bautista de la comunidad”.

Jesús advirtió que "estrecha es la puerta y angosto es el camino que conduce a la vida", pero "amplio es el camino que conduce a la destrucción" (Mateo 7:13). El apóstol Pablo estaba tan preocupado por la verdad que mientras estuvo en  Éfeso, él escribió: "por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno” (Hechos 20:31). Jesús les dijo a los que decían creer en Él, "Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31-32). Seamos amantes de la verdad y trabajemos en discipular a otros en la pura verdad de Dios.

TBC