EL MUNDO Y LA IGLESIA: ¿HACIA DÓNDE SE DIRIGEN? | thebereancall.org

TBC Staff

El título de esta publicación plantea una pregunta importante que subraya la importancia de conocer la escatología bíblica. En primer lugar, ¿qué es la escatología bíblica y, en segundo lugar, por qué es necesario tener una comprensión correcta de ella?

La escatología bíblica es lo que la Biblia dice acerca de los Últimos Tiempos, todo lo que declara que tendrá lugar. ¿Cómo podremos obtener una comprensión correcta de ello? Muy simple, tenemos que leer lo que la Biblia tiene que decir al respecto. También podemos leer algunos libros escritos sobre la escatología bíblica, pero tienen que estar de acuerdo con lo que dice la Escritura.

La Biblia es un libro de la historia del mundo, desde el comienzo de la creación del mundo hasta su fin, cuando será reemplazada por nuevos cielos y una nueva tierra. ¿Por qué se reemplazará? Porque después de su creación, algo salió terriblemente mal.

Dios, nuestro Creador, ha comunicado a la humanidad detalles seleccionados con respecto a Su creación, que declaró ser "muy buena". Después de que Adán y Eva fueron creados, les dio un mandamiento, que ellos desobedecieron. Las consecuencias de su desobediencia trajeron el pecado al mundo, corrompiendo toda la creación.

Satanás, el ángel caído Lucifer, engañó a Eva para que desobedeciera a Dios. Adán, que no fue engañado, pecó intencionalmente. Su pecado infectó a todos sus descendientes. Por lo tanto, la humanidad tenía dos opciones con respecto a su condición pecaminosa. Podrían (1) aceptar el plan de reconciliación y salvación de Dios, que proporcionó enviando a Su Hijo Jesús, para que se convirtiera en un hombre a fin de pagar la pena completa por todos los pecados de la humanidad; o, (2) la humanidad podría recurrir a Satanás para su solución como el dios de este mundo, la cual incluye su oferta de "divinidad" a todos y a cada uno.

Desde el momento de la seducción de Eva hasta el establecimiento de la religión y el reino del Anticristo, la Biblia registra una batalla espiritual por las almas de la humanidad. El Antiguo Testamento narra los acontecimientos de que Dios escogió y apartó a Israel para Sus propósitos, principalmente para el establecimiento de un pueblo por intermedio del cual enviaría a Su Hijo. La historia de Israel incluyó episodios de sumisión y rebelión contra Dios, tiempos de verdadera adoración y tiempos de idolatría, así como intentos fomentados por Satanás para aniquilar a los Judíos. Si los Judíos pudieran ser aniquilados, las promesas de Dios no tendrían ningún efecto, y no habría ningún Mesías que viniera al mundo por medio de Israel.

El Nuevo Testamento registra el intento de Satanás de matar al niño Jesús a través de Herodes, así como otras estratagemas del Adversario para eliminar al Mesías Judío. ¡Sin duda Satanás pensó que su batalla se había ganado cuando Cristo fue crucificado, sólo para ser conmocionado por la resurrección de Jesús de entre los muertos! Obviamente ignoraba el verdadero propósito de la venida de Jesús, que era "destruir las obras del diablo", pagando la pena completa por los pecados de la humanidad a través de Su muerte, sepultura y resurrección. Las obras principales de Satanás se centraron en mantener a la humanidad en cautiverio al pecado, una esclavitud que se rompería para todos aquellos que se volverían —solo por la fe— a Jesús por Su sacrificio expiatorio.

Así que la batalla ha terminado por las almas de la humanidad, ¿verdad? No. Todo lo contrario, se está volviendo más intensa, ¡y en gran manera! El continuo autoengaño de Satanás, que comenzó en el cielo, cuando afirmó que "sería como el altísimo", se ha amplificado para incluir su propia religión y reino en la tierra. A través de ella, finalmente recibirá la adoración que desea cuando posea al hombre a quien le dará todo su poder, el Anticristo.

Lo que he resumido, establece los antecedentes escatológicos para el mundo y el Cristianismo en su conflicto final. El mundo, por un breve tiempo, estará bajo el control del Anticristo, que parecerá finalmente salir victorioso sobre el Cristianismo. Entonces Dios juzgará al mundo a través de la Gran Tribulación.

Quiero comenzar con el libro de Samuel Andrews, “Cristianismo y Anti-Cristianismo en su Conflicto Final,” por varias razones. El libro fue publicado en 1898. Después de leer una copia muy antigua, me sentí motivado para que se imprimiera nuevamente bajo los auspicios, del Llamamiento Bereano. Reconocí que no sólo contenía enormes ideas sobre el cumplimiento de la profecía, sino que su libro también demostraba una excelente manera de entender mejor la escatología bíblica. Andrews nunca afirmó tener ningún don especial relacionado con la profecía. Lo que hizo, sin embargo fue algo increíble. Sin embargo, es algo que todos podemos hacer, y necesitamos hacer, en estos días de creciente apostasía. Esto es lo que hizo.

Samuel Andrews leyó y estudió el libro de Apocalipsis para enterarse plenamente lo que tenía que decir acerca de los últimos días. Consideró quiénes eran los personajes principales, cuál eran sus planes, cuáles eran sus creencias religiosas, su agenda política y cómo encajaban esas cosas con la verdad de la Palabra de Dios. Además de lo que el apóstol Juan escribió en el libro de Apocalipsis y en sus epístolas, Andrews buscó lo que los otros escritores de las Escrituras —Daniel, Mateo, Marcos, Lucas, Pablo, Pedro y Judas— tenían que decir acerca de los últimos días.

Una vez más, Samuel Andrews no hizo nada que nosotros como creyentes no podamos hacer. Después de acumular esa información, examinó si de todo lo que había leído había descubierto algo que podría ser significativo e influyente en los tiempos en que él vivía. Era un individuo tan perceptiblemente exigente, que dudo que se hubiera sorprendido de todo el material que era predominante en el mundo de su época... e incluso dentro del Cristianismo. Apenado, estoy seguro, pero no sorprendido.

Por ejemplo, él reconoció que la mayoría de los filósofos muy admirados e influyentes de su tiempo se oponían al Cristianismo, hombres como Baruch Spinoza, Immanuel Kant y Georg Hegel. La mayoría de nosotros probablemente estamos más familiarizados con Henry David Thoreau y Ralph Waldo Emerson, que eran estadounidenses.

Si uno se estuviera preguntando cuál era la manera de pensar espiritualmente de estos filósofos, ellos, así como la mayoría de los principales filósofos del siglo 19, eran ateos y agnósticos. Rechazaban al Dios de la Biblia, optando por un "dios" que era una fuerza impersonal que está en todo y en todos. Promovieron la evolución y el naturalismo, que, a su debido tiempo, lo conectaron al misticismo oriental.

Andrews vio la conexión entre las creencias de estos filósofos y la declaración de las Escrituras de que el Anticristo se declarará Dios y será adorado como Dios (2 Tesalonicenses 2:3-4). Esa es una observación importante, porque la mentira por la cual Satanás sedujo a Eva —que ella sería "como Dios"— no es una creencia que la gente aceptaría de inmediato, especialmente aquellos que ven a Dios tradicionalmente como un Ser personal y el Creador del universo.

Hoy eso incluiría alrededor de dos mil millones y medio de Cristianos y mil millones de Musulmanes, por ejemplo. Si la creencia está en el Dios Cristiano o en Alá, cambiar esa creencia a la que uno es Dios, o que se está convirtiendo en Dios, no sucede inmediatamente. Andrews escribe: "Mientras los hombres tengan fe en un Dios personal, el Creador del mundo y del hombre, aquel que gobierna todas las cosas, según Su voluntad, y existe aparte de todo, ningún hombre puede sentarse en el templo de Dios 'deshaciendo que es Dios'; tal afirmación sería rechazada instantáneamente como una blasfemia absurda. Antes de que tal afirmación pudiera ser escuchada, debe haber ocurrido en muchas mentes tal cambio en su concepción de Dios, para que esta afirmación de la Divinidad no los ofendería como algo extraño e increíble, sino que sería aceptado como totalmente coherente con lo que creen de la naturaleza Divina, y de sus relaciones con la humanidad." Andrews entonces da algunas ideas sobre cómo las filosofías que tienen implicaciones religiosas ayudan a avanzar en la aceptación de la divinidad para la humanidad.

La propia naturaleza de la filosofía se presta a explicaciones de conceptos que se basan casi totalmente en el intelecto y en los razonamientos del hombre. Eso puede parecer aceptable para algunas cosas, pero el intelecto y los razonamientos del hombre no tienen ninguna validez cuando se trata de responder a los problemas más significativos de la vida.

Un ejemplo debería ser suficiente. ¿Qué pueden decirnos los filósofos acerca de Dios? Nada de verdad, aparte de lo poco que pueden haber derivado de la Biblia. Como una encuesta a los filósofos más influyentes, nos demuestra que cuando se trata de cuestiones religiosas, son ateos y agnósticos. Como ateos, rechazan al Dios de la Biblia, en favor de sus propias ideas; como agnósticos, alegan ignorancia acerca de Dios. En ambos casos, sin embargo, tienen mucho que decir acerca de Dios revelado en las Escrituras. Sin embargo, no tienen nada que decir con respecto a la verdad. Sus opiniones y razonamientos acerca de Dios son patéticamente erróneos, basados en su ignorancia. ¿Por qué? ¿No son considerados hombres brillantes? Entonces, ¿por qué los filósofos "brillantes" son tan ignorantes en sus razonamientos acerca de Dios?

Muy seimple, teniendo en cuenta por supuesto su naturaleza pecaminosa, son seres finitos que tratan de explicar un Dios infinito. Eso no va a suceder, al menos en algún sentido de la verdad. ¿Alguna vez ha pensado uno en el versículo de Proverbios 3:5: "Confía en el Señor con todo tu corazón; y no se inclinen a su propio entendimiento"? ¿Por qué no nos apoyarnos en nuestro propio entendimiento? Aparte de reconocer con respecto a la creación que el Dios que lo creó todo debe ser omnisciente, omnipotente y omnipresente, todo el resto de nuestro entendimiento es mera sabiduría mundana bajo el pretexto del conocimiento con respecto a Dios. Eso incluye a todos (no sólo a los filósofos).

Todo aquel que confía en su propio entendimiento está atrapado en su propia sabiduría carnal. Una vez más, el hombre finito no puede conocer al Dios de la Creación que es infinito, a menos que... A menos que Dios se lo comunique personalmente, y eso debe incluir revelar cosas sobre las cuales la humanidad sólo puede especular: Su naturaleza eterna, Sus atributos perfectos y Su propósito para la humanidad. Dios también tiene que revelar cosas sobre nosotros. ¿Cuál es nuestro problema? ¿De dónde vino nuestra naturaleza pecaminosa? ¿Hay alguna esperanza para remediar nuestra condición infectada por el pecado?

Todo eso, y mucho más, no podemos saber de verdad, a menos que Dios nos informe. ¡Ni siquiera conocemos nuestros propios corazones! “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso: ¿Quién lo conocerá?” (Jeremías 17:9); y “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12). ¡Esa visión no proviene de la mente ni de la sabiduría ni de la inteligencia del hombre finito y pecaminoso!

Volviendo a los influyentes filósofos de la época de Samuel Andrews, como por ejemplo, Spinoza, Kant, Hegel, Thoreau y Emerson, quienes fueron algunos de los que rechazaron al Dios de la Biblia y dieron al mundo sus propias creencias que en realidad son de un anticristo. ¿Creencias de un anticristo? Eso es lo que le queda a una persona cuando rechaza a Dios y Su revelación. También se ha quedado con otro gran problema: tiene que llegar a su propia solución para resolver el desastre en el que se encuentra el mundo.

El Dios de la Biblia declara que el pecado es el problema y que Él tiene la solución. Los filósofos encuentran eso inaceptable, y son inflexibles al respecto, incluso hasta ser agresivos y repugnantes. El mundo, por lo tanto, debe llegar a su propio remedio. Sin embargo, ¡todos los remedios que ha probado han fracasado! Abundan ejemplos como:

Materialismo científico: la creencia de que no existe una realidad aparte de la realidad física. Las discusiones sobre este tema pueden ponerse indecentes y obscenas... hasta llegar a la estupidez. Aun así, esa creencia fue la autoridad científica que dominó la ciencia en el pasado, pero ahora está siendo abandonada en su mayor parte. ¿Por qué? Porque desafía tanto la experiencia como la razón, además de ser un concepto "anticristo".

Samuel Andrews comenta: "La ciencia, porque se basa en una ley absoluta e inmutable, está favorablemente inclinada al materialismo científico. No admiten ni aceptan cualquier intervención divina (rechazando la parte moral); su dirección es física, no moral." Por lo tanto, llegan a la conclusión y a la afirmación de que "sólo la materia existe". ¿Realmente?

Si le preguntara a alguien que cree en el materialismo científico por qué cree que es verdad y tal persona comenzara a citar sus razones, la detendría en medio de su explicación con otra pregunta: "¿Es eso lo que usted piensa?" Su probable respuesta sería, "Absolutamente". Mi siguiente pregunta sería: "¿Realmente piensa usted que es así? ¿Son sus pensamientos físicos? ¿Y las razones? ¿Son físicas?" A partir de ahí, podríamos ir por toda una lista de cosas que no tienen base física pero que sin duda son parte de la vida: amor, lujuria, justicia, compasión, ira, estética, orgullo, etc.

La verdadera ciencia ha sido útil para la humanidad, pero se ha quedado muy lejos de resolver todos los problemas de la humanidad, y más aún a medida que se ha convertido en un “cientismo”, que en realidad es un cambio de imagen de la ciencia, convirtiéndolo en una clase de religión. Por lo tanto, el materialismo científico se ha abandonado como solución.

A continuación, los filósofos consideran la evolución: la creencia de que la humanidad está evolucionando en forma ascendente, transformándose de "un lodo a lo divino". Algunos declaran que el hombre está en la cima de la escalera evolucionaria y alcanzará un estado más alto. Sin embargo, aquellos que piensan de esa manera tienen que superar una serie de barreras. La teoría evolucionaria está en bancarrota, no tiene respuestas para los problemas básicos de la vida. Por ejemplo, ¿cómo se originó la vida, si proviene de algo que no es viviente? Afirmar que sí contradice la ley de la biogénesis. ¿Cuál es la probabilidad de que la vida, digamos una célula humana— se forme por casualidad? ¡Cero probabilidades!

El astrónomo y matemático Británico Sir Fred Hoyle presentó el problema claramente, "... la posibilidad de producir las enzimas básicas de la vida por procesos aleatorios sin dirección inteligente sería de 10 con 40,000 ceros después de ella. Esta imposibilidad matemática es bien conocida por los genetistas, y sin embargo nadie quiere hacer sonar la alarma decisivamente en la teoría".

Entre los millones y millones de fósiles que se han encontrado, no hay ningún (el énfasis es ni siquiera uno sólo) fósil de transición; es decir, no hay especies intermedias entre dos tipos de especies. ¿Cómo el tiempo y el azar, la base de la evolución, traen consigo los elementos muy diferentes, pero muy necesarios para la reproducción, por parte de los seres humanos? Los machos tienen una constitución muy diferente al de las hembras, y la diferencia entre cada una es fundamental para la procreación. 

Una vez más, con respecto a estas preguntas y una serie de otras, la evolución no tiene respuestas. Sin embargo, los ateos siguen buscando soluciones.

Muy relacionado con la evolución está el naturalismo. Ese concepto incluye la creencia de que la humanidad es parte de la Naturaleza. Se indica que de alguna manera, hemos perdido esa conexión. Por lo tanto, la solución del naturalismo para el lío en el que estamos es "volver a la naturaleza". ¿Por qué la naturaleza? Bueno, se nos dice que la naturaleza es pura y buena y, por alguna razón, nos hemos convertido en "antinaturales" y por lo tanto lo que estamos haciendo es principalmente ir en contra de la naturaleza.

¿De verdad?

Cuando un castor construye su casa o crea una presa, por lo general estropea su ambiente ecológico, dejando árboles dañados, medio masticados y la tierra inundada. Pero eso está bien porque es "natural" y por lo tanto se considera completamente beneficioso. Cuando los ingenieros construyen una presa para el bien de la humanidad, aún teniendo en consideración todas las regulaciones ecológicas, sin embargo, eso se considera que no es bueno. No es natural.

¡Espere un minuto! Si el hombre es de hecho parte de la naturaleza, como se afirma, entonces todo lo que hace debe ser natural, y por lo tanto bueno, puro y beneficioso. Volviendo a la conexión del Naturalismo con la evolución, una afirmación importante para el proceso de la evolución es "La supervivencia del más apto". Yo he construido un lugar en mi propiedad, un lugar para que los pajaritos puedan comer, una especie de comedor, y por lo tanto ellos se comen todo los que les dejo en cuestión de minutos. A veces es como ver perros salvajes en un banquete. ¡Me alegro de que estos pajaritos no tengan colmillos! 

Supongo que me estoy perdiendo la parte buena, pura y beneficiosa de la naturaleza.

Sin embargo, se nos dice que todos necesitamos "realinearnos con la naturaleza". Como Dave Hunt solía decir, trate de acomodarse a la Madre Naturaleza: abrace a un volcán en erupción; vaya a nadar en arenas movedizas; vaya a secarse con hojas de hiedra venenosa. 

Supongo que COVID-19 es algo bueno y natural. Es la forma en que la Madre Naturaleza trata de equilibrar la población a través de la enfermedad y la muerte. También tiene una serie de otras enfermedades naturales "buenas y puras:” cánceres, infecciones, etc.

No. El naturalismo no arregla el lío en el que estamos. ¡Es parte del desastre!

Por lo tanto, si todos los intentos de la humanidad de resolver su lamentable condición a través del materialismo científico, la teoría de la evolución y el regreso a la naturaleza han fracasado (y que eso ya ha ocurrido), se podría pensar que el hombre tiraría la toalla y regresaría a su Creador.

¡Pues de ninguna manera! Aunque los filósofos afirman ser ateos y agnósticos, han tenido que recurrir a la religión y tienen que hacerlo en su búsqueda de resolver el lío en el que estamos. Han razonado que como el Dios personal de la Biblia no existe, y el hombre permanece como el ser supuestamente más alto consciente de sí mismo, por lo tanto, su posición lo coloca en el reino de lo divino.

Eso es Panteísmo. 

Eso conduce a la auto-exaltación, que es necesaria para resolver los problemas que sólo un Dios todopoderoso puede hacerlo. Por lo tanto, el darse cuenta de que la propia divinidad es extremadamente importante. Ralph Waldo Emerson, el muy admirado filósofo y panteísta rebelde, mostró el camino:

"Nada es sagrado, sino la integridad de nuestra propia mente. ¿Qué tengo que ver con lo sagrado de las tradiciones, si vivo totalmente dentro de mí mismo?... Ninguna ley puede ser sagrada para mí, sino la de mi naturaleza (divina)... Rechazo a padre y madre, y a esposa y hermano, cuando mi genio me llama. Jesús era mejor que los demás, porque se negaba a escuchar a los demás..."

Andrews señala otra característica, tal vez la principal con respecto al Panteísmo. El Panteísmo es totalmente subjetivo, impulsado por la intuición y los sentimientos, que no pueden ser probados ni desmentidos. Cita los sentimientos de Emerson como el juez de lo que estaba dispuesto a aceptar o rechazar. La cena del Señor está bajo el escrutinio de Emerson: "Si yo creyera que Jesús la encomendó a Sus discípulos, y que incluso contempló hacer permanente este modo de conmemoración agradable en cada sentido…, y sin embargo, si yo juzgara que tal conmemoración era desagradable para mis propios sentimientos, no debería adoptarlo".

Si podemos sacar una conclusión a todo esto, sólo hay dos opciones religiosas o espirituales: el teísmo bíblico y el Panteísmo. El teísmo bíblico tiene que ver con el Dios que se revela en la Biblia. Sólo Él es Dios, que lo ha creado todo. No es parte de Su creación — es totalmente "Otro", que existe eternamente fuera de lo que creó. Si Dios fuera parte de la creación, sería parte del "desastre" en el que estamos, que no lo es. ¡Él es la solución!

El Panteísmo, como hemos señalado anteriormente, es la creencia de que Dios está en todo y, por lo tanto, todo es Dios. El rechazo (o cualquier desvío) del teísmo bíblico convierte a la humanidad en la aceptación del Panteísmo. Todos los filósofos que mencioné anteriormente (y muchos más que no lo hice) eran panteístas. Rechazaron al Dios de la Biblia y buscaron su propia divinidad.

Samuel Andrews, cuyo libro de 1898, “Cristianismo y Anti-Cristianismo en su Conflicto Final”, que he estado citando, documenta las creencias panteístas en poder de los filósofos Alemanes que inundaron el mundo educado a través de las artes, la ciencia, la literatura y la religión. Andrews escribe: "Como hemos mencionado anteriormente, ya se han dado algunas pruebas que demuestran que el Panteísmo, en algunas de sus formas, no sólo impregna la filosofía moderna actual, sino que cada vez más está penetrando en la religión, la ciencia, la literatura y todos los departamentos del pensamiento humano. Las multitudes son familiarizadas con sus principios a través de revistas y periódicos, a través de conferencias y el púlpito. Su prevalencia se muestra en la rapidez con la que estos sistemas como la Ciencia Cristiana, la Ciencia Mental (de la mente) y otras semejantes, que se han extendido en comunidades Cristianas, y todas ellas tienen una base Panteísta. La atmósfera moral está llena de su espíritu, y muchos están siendo afectados por ella sin darse cuenta".

Aquí es donde todo se dirige.

El Panteísmo no sólo está impulsado por su llamamiento a los seres humanos para que "sean como dioses", sino que se ve reforzado por la acción política, en particular la democracia. ¿Cómo es eso?

Andrews escribe, "El crecimiento de la Democracia sirve para preparar el camino del Anticristo, haciendo suprema la voluntad popular, tanto en cuanto a la elección de los gobernantes así como también a su manera de pensar y el alcance de su gobierno; y al mismo tiempo dándole expresión legal y jurídica a esa voluntad".

"Cuando un pueblo elige a sus legisladores, la legislación será lo que la mayoría de los votantes exigen. En el pasado, entre todas las naciones Cristianas, esa legislación se ha basado, en gran parte, en los principios Cristianos, y ha implicado el reconocimiento de la autoridad de Dios. Mientras se reconozca esta autoridad, como se declara en las Escrituras o en la Iglesia, la voluntad popular no es suprema; pero de acuerdo con lo que se niega, esta supremacía es cada vez más ampliada. Si la creencia se hace general, ya sea que no hay Dios, el otorgante de la Ley o alguna expresión de Su voluntad que es autorizada, entonces, ¿cuál sería el principio o la base sobre la cual determinará el carácter y las limitaciones de la legislación? El único principio es el del (supuesto) bienestar del público; lo que esto exige, tiene razón. En otras palabras, para ser elegidos o reelegidos, los políticos a menudo tratan de placer la voluntad de los votantes. ¡Eso es ciertamente la política de hoy!

Una vez más, recuerde, el libro de Andrews fue escrito hace 120 años, y sólo estamos tocando algunas de las cosas que se revelaban en su día, sin embargo, su libro se lee como si fuera un comentario de noticias en nuestros días. ¡Y no serían noticias falsas! 

Este artículo se ha centrado principalmente en el mundo actual y hacia dónde se dirige. En la parte 2, el enfoque principal será la iglesia, la iglesia verdadera y la que profesa la verdad bíblica, y la apostasía (que, por cierto, incluirá verdaderos creyentes).

Comencé este mensaje subrayando la importancia de la escatología, especialmente su valor para proteger a los creyentes de ser engañados, incluso ser atraídos a la religión y al reino del Anticristo, y contribuyendo involuntariamente a ella. Trágicamente, esto está sucediendo hoy en proporciones asombrosas, a medida que se acerca el regreso de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.  TBC