Capítulo 25 - La gracia y la responsabilidad humana | thebereancall.org

TBC Staff

Además de las muchas Escrituras ya discutidas, los calvinistas tienen un número de otras citas favoritas que apoyan el TULIP y en especial la Irresistible Gracia. Presentaremos un número suficiente de estos textos para permitir que los líderes calvinistas expongan sus mejores argumentos.  Un pasaje utilizado muy frecuentemente y con la mayor confianza es Juan 6:37, 44: “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí... Ninguno puede venir a mí, si el Padre... no le trajere...” Note el entusiasmo que White "demuestra" sobre su tesis de esta porción de la palabra de Dios:

Si creer que el hombre quien está "tan muerto" en pecado es incapaz de venir a Cristo por su propia voluntad es "calvinismo extremo", entonces el Señor Jesús llego primero que Calvino por 1500 años con su predicación en la sinagoga en Juan 6. Aquí tenemos al Señor enseñando casi todo lo que Norman Geisler identifica como "calvinismo extremo." Jesús enseña que Dios es soberano y actúa con independencia de la "libre elección" de los hombres. Además enseña que el hombre es incapaz de tener fe fuera de la habilitación del padre. Entonces limita este cuadro a los individuos dados por el padre al hijo. Después enseña irresistible gracia sobre los elegidos (no por "voluntad"), cuando afirma que todos aquellos que le entrega el padre vienen a él. Juan 6:37-45 es la exposición más clara de lo que llama [Geisler] "calvinismo extremo" en la Biblia.

Hay buena razón por la qué [Geisler] tropieza en este punto: no hay una exégesis significativa que no sea reformada del pasaje...

La acción de dar por el Padre se presenta antes de la acción de venir a Cristo por el individuo. Y puesto que todos se dan tan infaliblemente, tenemos la elección incondicional y la gracia irresistible... ¡en el espacio de nueve palabras...! Puesto que la acción de venir depende de la acción de dar, podemos ver que simplemente no es posible exegéticamente [negar que] Dios da los resultados en la venida del hombre. La salvación es del Señor...[1]

¿Se encuentran en este pasaje "Elección incondicional y la gracia irresistible"? Yarbrough,[2]  Piper, [3] D. a. Carson, [4] y J. I. Packer[5] (entre otros) creen que sí. Sin embargo, las palabras "incondicionales", "irresistible" y "gracia" no están allí, ni pueden ser encontradas en ninguna parte de la Biblia. ¿Y Dios "limita este cuadro a los individuos dados por el Padre"? Esto no es lo que Cristo dice. Cualquier significado de Cristo, debe estar de acuerdo con el mensaje completo de la palabra de Dios y Elección Incondicional y la Irresistible Gracia contradicen el tenor entero de la Escritura. Por supuesto, la "habilitación" de Dios es esencial no sólo para venir a Cristo, pero cualquier cosa que haga un hombre salvo o no, incluso aun respirar. Sin embargo, habilitación está lejos de causar irresistiblemente la acción del hombre. Sin embargo, Yarbrough afirma, "quien viene al hijo lo hace como resultado de la atracción forzosa del padre."[6] ¿Forzosa? ¿Dónde se encuentra esta enseñanza en este pasaje?

Sproul insiste en que un "Punto crucial del conflicto entre Roma y la reforma (refiriéndose al calvinismo)... fue la eficacia de la gracia divina. ¿Es gracia irresistible y eficaz por sí sola o es resistible y dependiente de la cooperación humana?" Alegando que es irresistible, él cita a Tomas de Aquino para apoyarse. Pero Aquino es ambivalente: "ayuda divina... la ayuda de Dios... la ayuda de la gracia, etc..." [7] El ayudar a alguien no es forzarlo irresistiblemente. ¡Ayudamos a la gente a hacer lo que desean hacer; sin ese deseo por su parte, esa "ayuda" sería coacción!

Una Tendencia Preocupante

Ya hemos llamado la atención a una preocupante y aparente falta de compasión por los perdidos entre los calvinistas. ¿Y cómo podría esto ser otra cosa?  Ellos no se atreverían a tener simpatía por aquellos a quienes Dios satisface predestinar a la perdición eterna [según su enseñanza].

Tal teoría lógicamente conduce a la apatía hacia el evangelismo, aunque muchos calvinistas no sucumben a las consecuencias prácticas de su creencia. Custance razona, "Si la elección garantiza la salvación de todos los que están predestinados para ser salvos, ¿por qué nosotros deberíamos molestarnos con el evangelismo...? ¿Qué posible diferencia puede tener si hablamos a los hombres o no?"[8]  Él tiene razón.

            Es razonable para un calvinista pensar, "yo soy uno de los elegidos. Aquellos a quienes Dios ha maldecido sean malditos; no hay nada que yo pueda hacer por ellos. El preocuparse sería quejarse contra Dios por predestinarlos a su justo juicio". Pero la conciencia que Dios ha dado, incluso a los impíos condena esta actitud.

¿Pero no ama Dios a los perdidos lo suficiente como para salvarlos a todos? ¿Carece Él de suficiente misericordia en los perdidos para darles la fe y creer para salvación e incluso ser glorificado en condenar soberanamente a tantos y salvar a tan pocos? ¿Es este el Dios bíblico?

Morey escribe aprobando, "Calvino enseñó que Dios amó a los elegidos y planeó su santidad y su salvación mientras que... Odia al reprobado y planeó su pecado y condenación".[9] ¿"había planeado" incluso su pecado? Sí, "aun el error de un mecanógrafo" — ¡Esto es el calvinismo! Si ese es el Dios de la Biblia el calvinismo es cierto. Si no, el calvinismo debería ser condenado por su tergiversación de Dios.

La inmensa evidencia de la Escritura

Literalmente cientos de Escrituras expresan la preocupación genuina de Dios para un Israel rebelde. Él envía a sus profetas a suplicarles a que se arrepintieran para que no tenga que castigarlos. Seguramente, Pablo refleja el corazón de Dios en su deseo de sufrir la condenación eterna, incluso si esto rescataría a sus hermanos, los judíos, del infierno. Tiene una fuerte pasión por la salvación de los Gentiles — una pasión desinteresada, que sólo podría venir del Espíritu Santo que moraba en Él.  El Señor Jesucristo lloró por Jerusalén, identificándose como Yahveh, quien ha llorado por sus hijos rebeldes (Isaías 1:1-9) durante siglos.

Escuchamos a Jesús llamar a todo aquel que está cansado, agobiado, o con sed, "Venid a mí". Hemos escuchado a nuestro Señor repetidamente declarar que cualquiera que crea en Él será salvo. Y hemos visto muchas Escrituras que ofrecen salvación a todo el mundo y declaran que Dios quiere que todos los hombres sean salvos, que dio a su hijo para la salvación de todo el mundo, que no quiere que nadie perezca, y que Cristo murió por los pecados de todos.

Para anular esta clara enseñanza de la Escritura, el calvinista cambia "mundo" por "elegido" en veinte Escrituras. Cambia "todo" y "todos" a "elegidos" al menos 16 veces cada uno. Además, convierte la frase "cada hombre" seis veces a "elegidos" y "todos" en "electo" tres veces. En ningún caso hay algo en el texto para justificar la sustitución de "elegir". El cambio se ha hecho por una sola razón: ¡para apoyar el calvinismo! Así, que cuando Cristo dijo “a todos atraeré a mí mismo” (Juan 12:32), el calvinista afirma, "el 'todo' claramente se refiere a todos los escogidos de Dios".[10] ¿Claramente? Sólo puede verse “claramente”, si uno es calvinista.

Uno pensaría que el testimonio abrumador de las Escrituras que enseñan que Dios es amor, que es siempre misericordioso a todos y quiere que todos lleguen al conocimiento de la verdad, sería aceptada con gratitud y con alegría por todos los verdaderos seguidores de Cristo y que esta buena noticia se proclamaría al mundo como Cristo lo ordenó. En cambio, hemos visto que en aquellos lugares donde se afirma claramente el deseo de Dios para la salvación de toda la humanidad, los calvinistas insisten que Dios ha elegido salvar a sólo un número selecto. Y hacen un gran esfuerzo para negar lo que se afirma tan claramente del amor inmerecido e ilimitado de Dios para todos. Se debe interpretar los pasajes tales como "Todo lo que el padre me da vendrá a mí" (Juan 6:37) y "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere" (Juan 6:44) en armonía con el mensaje completo del amor de Dios para todos.

Pero Piper se va hasta los extremos para "mostrar de las Escrituras que la existencia simultánea de Dios ‘el cual quiere que todos los hombres sean salvos’ (1 Timoteo 2:4) y su voluntad para elegir incondicionalmente a aquellos que realmente serán salvos (Siendo Juan 6:37 uno de los textos al  que hace referencia) no es un signo de esquizofrenia divina o confusión exegética".[11] De hecho, se trata de una contradicción irremediable a menos que se reconozca el poder de elección del hombre dado por Dios.

Considere las palabras de Cristo: "Todo lo que el padre me da vendrá a mí" no dice que "todo lo que padre atrae vendrá a mí." Ni tampoco "Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere" quiere decir que todo lo que el padre atrae viene a Cristo. Y sin duda "y yo le resucitaré en el día postrero" (Juan 6:40, 44, 54) se refiere a aquellos que realmente vienen a Cristo y no a todos los que son atraídos, y definitivamente no habla de aquellos que son atraídos y luego "retroceden para perdición" (Hebreos 10:39). Aceptemos lo que en realidad dice Cristo.

El mejor esfuerzo de los calvinistas

En defensa del carácter y honor de nuestro Dios, estamos teniendo mucho cuidado para entender con precisión el calvinismo. Debemos considerar cuidadosamente los argumentos de White en como él los desarrolla desde Juan 6:37-45, una escritura a la que él llama "la exposición más clara de lo que llaman (los críticos) ‘Calvinismo extremo.’” White escribe:

Literalmente, Jesús dice, "ningún hombre puede venir a mí". Estas son palabras de incapacidad y se colocan en un contexto universal. Todos los hombres... carecen de la capacidad de venir a Cristo  por sí mismos... Este es el "muerto en pecado" de Pablo en (Efesios 2:1) y el "no pueden agradar a Dios" en (Romanos 8:8). Es la Doctrina reformada de la total depravación: la incapacidad del hombre  enseñado (en este pasaje) por el Señor quien conoce los corazones de todos los hombres...

Todos los hombres estarían en la posición desesperada de "no poder venir" a menos que Dios actué y lo hace atrayendo a algunos a Cristo, pero no a todos los hombres... Ningún hombre puede tener la "voluntad" para venir a Cristo fuera de esta atracción divina... Los eruditos reformados afirman que los que son atraídos son los que fueron entregados por el padre al hijo: es decir, los elegidos...

No puede afirmarse que... el Padre atrae a cada ser humano individual [o] todos serian salvos y el resultado sería el universalismo, porque todos los atraídos también serían resucitados en el día postrero.[12]

¿Dónde en este pasaje menciona Jesús la "total depravación" o "muerto en pecado" o "incapacidad" o "no puede agradar a Dios" o alguna cosa acerca de un "elegido"? Ninguna de estas teorías calvinistas existe aquí — ni tampoco se implica alguna parte del tulipán. Jesús no dice que la atracción se limita solo a los elegidos, para evitar el universalismo como resultado. Tampoco dice que la atracción es irresistible o incondicional. Pero Sproul dice que "atraer" significa "obligar"[13] y Pink insiste en que significa "impulsar".[14]  Yarbrough escribe, "Es difícil imaginar una descripción más explícita de la actividad de la atracción selectiva y eficaz del Señor".[15]

Pero por el contrario, esas ideas se imponen sobre el texto porque el calvinismo los requiere. Esas no son indicadas por Cristo.

Cristo no dice que todos los que son atraídos realmente vendrán a él y serán salvos. Pero White se une a muchos otros que consideran que este es uno de los "pasajes de predestinación" principales.[16] y un texto que comprueba la Irresistible gracia. Vance cita al menos trece autores de esta misma persuasión.[17] Schreiner y Ware también afirman que "aquel que es atraído también será resucitado el día postrero."[18]  Sin embargo, Cristo dice claramente que aquellos que  realmente vienen a Él serán resucitados en aquel día. Los calvinistas leen en las palabras de Cristo aquello que no está allí. Él realmente dijo:

  1. Todo lo que el Padre me da, (no al que atrae) vendrá a mí;  
  2. y al que a mí viene, (no todo al que atrae el Padre) no le echo fuera. 
  3. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, (No los que el atrae) no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero. 
  4. Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, (o atraído a él) tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.
  5. Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; (Todo el que vino fue atraído-no todo el que es atraído viene) y yo le resucitaré en el día postrero. (Todo el que ha sido resucitado ha sido atraído, pero no todo el que fue atraído es resucitado)

Lea el texto completo otra vez (Juan 6:35 – 65). Cristo no dice que todos los que el Padre atrae, sino todos los que él da al hijo, vendrán a él, y el (Cristo) no va a perder a ninguno de los que el Padre le da; todos ellos resucitarán en el día postrero. ¿De cuáles está hablando Cristo? Hemos visto que la Biblia enseña que en el pre-conocimiento de Dios él sabía quién creería y quien rechazaría el Evangelio. Los primeros son aquellos a quienes el padre ha dado al hijo. No hay nada aquí sobre un número selecto de creer para salvación ni tampoco el elegir no salvar al resto de la humanidad.

Cristo dice que nadie puede venir a él a menos que el padre le trajere. Pero él no dice que todo el mundo a quien el padre atrae llega al hijo y se salva. Toda la Escritura testifica de un deseo genuino por parte de Dios para que todos puedan ser salvos. La salvación ha sido adquirida por Cristo y realmente se ofrece a todo aquel que cree, pero no todo el mundo cree. El deseo sincero de Dios para que todos puedan ser salvos es indicado a menudo y claramente por profetas, Cristo y sus apóstoles, y  no nos atrevemos a ver una interpretación contraria de ello en este pasaje.

El elemento del Padre de "traer" es mencionado por Cristo solamente en este único pasaje. Por otro lado, la promesa se encuentra varias veces a lo largo del Evangelio de Juan de "que todo aquel que cree en él no se pierda... El que creyere en el hijo tiene vida eterna... el que no cree en el hijo no verá la vida... Si alguno tiene sed, venga a mí y beba" etc. (Juan 3:16 – 17, 36; 7:37).

La declaración de Cristo es clara, que no todo el mundo que es traído, sino que "Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna..." (Juan 6:40). En este pasaje no encontramos la elección incondicional o la gracia Irresistible sino la responsabilidad humana.

La responsabilidad de las pruebas

Sin duda, las Escrituras repetidamente presentan el amor de Dios, su compasión y preocupación por todo Israel y por todo el mundo para que sean salvos. Tampoco cabe duda de que Él ofrece salvación a todos en el lenguaje más claro posible. En cambio, no se puede producir evidencia de ninguna de las Escrituras usadas para probar los principios del calvinismo de una forma clara. La responsabilidad de la prueba esta sobre el calvinista, para mostrar que la Biblia enseña claramente su doctrina. Incluso en este pasaje, lo que White llama "la exposición más clara del calvinismo", la teoría no está claramente establecida, sino que debe ser repetida veces leída en él texto.

Sin lugar a dudas, las frases representadas por las primeras cuatro letras de sus siglas TULIP  no aparecen en la Biblia. Ese hecho habla volúmenes. La Biblia nunca dice que el hombre es por naturaleza incapaz de creer en el Evangelio o de buscar a Dios. Nunca dice que un grupo selecto es elegido incondicionalmente para salvación o que la gracia es irresistible, o que Cristo murió sólo por un electo. Nunca se enseña la regeneración soberana como precedente a la fe en Cristo. ¡El calvinista no puede producir en ninguna parte del TULIP una declaración clara y sin ambigüedades de cualquier parte de la Escritura! Pero podemos mostrar cientos de pasajes que refutan el TULIP.

Nunca las Escrituras declaran que Dios desea que miles de millones perezcan y que es su beneplácito voluntad (e incluso para su gloria) el retener de ellos la salvación. Nunca es limitado el amor de Dios a un grupo selecto al que Dios sólo desea salvar. En contraste con unos pocos textos que los calvinistas deben usar obligadamente para apoyar el TULIP, hay cientos que claramente proclaman el amor de Dios y el deseo de la salvación para todos.

La responsabilidad de la prueba está sobre el calvinista para mostrar claramente en la Biblia que su doctrina es verdadera, y ellos no pueden hacerlo.

Aquellos “que retroceden para perdición”

Incluso en este pasaje sobre la atracción del padre, no hay nada que indique que sólo algunos de los que son atraídos o que la atracción es irresistible y sin el deseo dispuesto del que está siendo traído. Por otra parte, para "traer" a alguien en el sentido ordinario de la palabra no significa que necesariamente vendrá todo el camino, ni tampoco hay nada en el griego o el contexto para sugerir, y mucho menos exigir, esta conclusión.

Cientos de veces en el Antiguo Testamento, Dios llama a través de sus profetas a Israel, a los hambrientos y sedientos, a todos los que se arrepienten, a todo el que quiera, a buscarlo, a "Gustad, y ved que es bueno Jehová" (Salmo 34: 8). Seguramente él está tratando de "traerlos" a sí mismo. No hay  sugerencia alguna de que Dios irresistiblemente hará que cierta persona venga a Él, y mucho menos que hará esto con todos. Y así es todo el Nuevo Testamento. La llamada se hace a "todo el que quiera ven" una y otra vez. La invitación está abierta a todos los que están dispuestos. Para que el calvinista intente hacer de Juan 6 la excepción que apoya a TULIP, es pervertir el mensaje claro de la totalidad de las Escrituras.

Al contrario de la eisegesis (un significado que fluye de un interés personal) forzada sobre este texto para producir un llamado irresistible a Cristo (que él nunca enseñó), muchas almas llegan parcialmente a Cristo por el Padre y luego se vuelven atrás: "Mas el justo vivirá por fe; 
Y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, [griego, apoleia]; sino de los que tienen fe para preservación del alma"(Hebreos 10:38-39).

La misma palabra griega, apoleia, se encuentra ocho veces en el Nuevo Testamento. A menudo es traducido como "perdición" y en cada caso significa la condenación eterna. Piper reconoce que la "mayoría de los comentaristas están de acuerdo... [Apoleia] indica claramente la perdición eterna... "[19] considere lo siguiente: “juicio y de la perdición de los hombres impíos"(2 Pedro 3:7); “Y la bestia... va a perdición "(Apocalipsis 17:11). Claramente, aquellos que "retroceden para perdición" no pueden estar entre los elegidos del calvinismo, ya que los elegidos no pueden perder su salvación y ser condenados. Aún aquellos que "retroceden" debieron ser atraídos hasta cierto punto. De lo contrario, para ellos el "retroceder" no tendría ningún sentido.

White evita Hebreos 10:38-39. También Pink, Sproul, Piper y muchos otros calvinistas, al menos en los libros que hemos podido leer. Vance, en su tratamiento exhaustivo, es incapaz de citar a un solo calvinista que haya comentado sobre este pasaje.

Una de muchas cartas similares que he recibido declaró, "usted hace que Dios parezca un débil  celestial que de seguro le gustaría salvar a las personas, pero solo puede hacerlo si estos cooperan. ¡Pero el Dios de la Biblia es poderoso para salvar, y lo hace a pesar de la voluntad orgullosa, testaruda, y arrogante de los pecadores caídos!"

¿Así que Dios podría causar a cualquiera y a todos a creer en el Evangelio y atraerlos irresistiblemente al cielo, pero solo lo hace para un número selecto? ¡Este es el calvinismo, llámese "moderado" o "extremo"! Ha sido impuesto en la Biblia en contravención del tenor entero de las Escrituras desde Génesis hasta el Apocalipsis. Es una difamación sobre el carácter de Dios, una negación de la naturaleza del amor y una ofensa a la conciencia que Dios ha puesto en el corazón de cada hombre.

Sin lugar a dudas, la salvación es un regalo del amor de Dios. No puede ser forzado un regalo, ni el amor, a como Dios lo ha diseñado y como lo presenta la Biblia al que no quiere recibirlo, incluso por Dios. Esto no indica ninguna debilidad en Dios, mucho menos hacer de Él un "débil", sino que simplemente refleja la naturaleza del amor y un regalo, como ampliamente lo hemos demostrado.

Que el hombre pueda rebelarse contra Dios, desobedecer sus leyes y rechazar la oferta de Dios del don de su gracia, no denigra la soberanía de Dios. De hecho, en su soberanía Él ha ordenado que el amor y el regalo requieran de una decisión, y lo hace claro en Su palabra. Otra de las cartas que fue discutida similarmente:

Tú dices que Dios ama a cada persona en el mundo y que es su voluntad salvar a cada uno... Pero el pensar incluso que Dios soberano permite al hombre frustrar su voluntad divina es herético, menospreciable a la grandeza de Dios, y un fabuloso invento de la mente para dar cabida a su parcialidad. Dios controla cada animal, cada persona y todos los eventos... Sus opiniones, querido hermano, subordinan la voluntad de Dios a la voluntad del hombre y presentan el plan de salvación de Dios como un fracaso puesto que todos los hombres no son salvos...[20]

Quienes sostienen esta posición difícilmente lo han pensado con mucho cuidado. Nosotros hemos observado lo obvio: si Dios controla cada persona y evento, entonces la violación, asesinato y todos los crímenes y guerras y sufrimiento deben ser su obra, según su voluntad — claramente este no es el caso. En el Consejo de su voluntad, Dios permite lo que no es su perfecta voluntad para darle al  hombre el poder de elección. El mal es lo opuesto a la voluntad de Dios. Por lo tanto, podemos estar seguros de que no es voluntad de Dios que el mal reine en la tierra. Satanás es el Dios de este mundo, y "y el mundo entero está bajo el maligno (es decir, el malvado, Satanás)" (1 Juan 5:19). Dios permite el estado de estas cosas sólo por un tiempo.

Sin el poder de elección, podríamos no amar a Dios ni tampoco el uno al otro. Al hombre se le ha dado la responsabilidad impresionante de elegir por sí mismo. Lamentablemente, la mayoría eligen el mal sobre el bien y a sí mismos en lugar de Dios. Él no obliga la salvación sobre ningún hombre, como tampoco obliga a nadie obedecer los diez mandamientos.

¿Es todo una farsa?

El calvinista afirma que Dios en su soberanía (si él así lo desea), podrían detener todo pecado y causar que todos obedezcan siempre y perfectamente a los diez mandamientos. Esto solamente sería posible si el hombre no tuviese libre albedrío. Sin embargo si eso fuera cierto, ¿cuál sería el punto de dar la ley? Dios podría haber controlado acciones, palabras y pensamientos humanos a tal punto que lo harían sin siquiera conocer la ley. Harían exactamente lo que la ley requiere.

Increíblemente, el calvinismo enseña que Dios dio los diez mandamientos, causo al hombre quebrantarlas, y los condeno por hacerlo. Convirtiendo así la Biblia en una farsa, el hombre en una marioneta y Dios en un monstruo a quien el ateo rechaza con justa razón.

Sin embargo, no puede haber ninguna duda, que el hombre, no Dios, es la causa del mal en la tierra, habiendo elegido egoístamente y tontamente el oponerse a Dios y a Su voluntad. Tampoco puede dudarse que el espíritu de Dios ha escrito sus leyes en cada conciencia y busca llamar a todos los hombres a Cristo. Sin embargo, tristemente, incluso aquellos a quienes Dios se rebeló en gran poder y con milagros, frecuentemente se rebelaron y  fueron al infierno.

Dios dijo de Israel, "Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial... por cuanto Jehová os amó..." (Deuteronomio 7:6-8). Declaraciones similares se realizan en todo el Antiguo Testamento, Dios incluso llama a Israel su esposa. Otra vez, "Cuando Israel era muchacho, yo lo amé... los atraje, con cuerdas de amor... mi pueblo está adherido a la rebelión contra mí... “(Oseas 11:1-8). Todo Israel fue atraído — muchos se retiraron del llamado.

A Israel se le llama escogidos de Dios en ambos Antiguo y Nuevo Testamento (Isaías 45:4; 65:9, 22; Mateo 24:31, etc...). No cabe duda que Dios eligió a Israel, la llamo con "lazos de amor" (Oseas 11:4) a sí mismo. Sin embargo la mayoría de los israelitas entraron en la idolatría, se negaron a arrepentirse y seguramente no estaban entre los redimidos. Dios tuvo que decir varias veces, "Pero mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días" (Jeremías 2:32); "incensando a lo que es vanidad" (18:15).

Muchos de los que se sienten atraídos por el Señor se niegan a creer en Él para salvación. Cristo dijo, "porque muchos son llamados, pero pocos son escogidos" (Mateo 20:16; 22:14). Y algunos que son elegidos no están dispuestos a cumplir con su llamado, sino que traicionaron el que alegaron era su Señor. Jesús dijo, "¿No os he escogido yo a vosotros los doce, y uno de vosotros es diablo…? Hablaba de Judas Iscariote. (Juan 6:70-71)

Jesús llamo a Judas, lo atrajo y lo escogió para ser un discípulo. Judas siguió a Jesús con los otros discípulos, llamó a Jesús “Señor” y salió con los otros discípulos "a predicar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos" (Lucas 9:2). Pero Judas era como aquellos que dicen, "Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre?... ¿echamos fuera demonios?... hicimos muchas obras maravillosas?" y sin embargo Jesús les dice, "nunca os conocí: Apartaos de mí" (Mateo 7:22-23). Estos no han perdido su salvación, ya que nunca fueron salvos. “!Nunca os conocí: Apartaos de mí!” será la declaración de Cristo a aquellos que fueron atraídos a Él, pero nunca llegaron a conocerlo como Salvador y Señor.

¿Qué significa, “a menos que el Padre lo llame”?

Naturalmente nadie busca a Jehová; todos buscamos nuestros propios deseos egoístas, y nadie puede venir a Cristo, excepto que el padre lo traiga. Pero el Espíritu Santo está en el mundo para convencer a todos de sus pecados y de su necesidad (John:16:8-11), el Evangelio está siendo predicado, el Padre atrae a todo el mundo (incluso a través del testimonio de la creación y la conciencia). Lamentablemente, muchos como Judas llegan parcialmente, incluso parecen ser discípulos, luego retroceden a la perdición.

Jesús no enseño y no podría enseñar un llamado irresistible en este pasaje o en ningún otro lugar, porque habría contradicho el resto de las Escrituras. A lo largo de su historia, Dios quiso llamar a Israel a través de profetas que clamaban. A veces Israel escuchaba, pero la siguiente generación "retrocedía a perdición". Su trato con Israel ofrece prueba del deseo de Dios para la salvación de toda la humanidad,  los cuales a todos llama, aunque pocos responden.

Sí, Cristo claramente dijo: "nadie puede venir a mí, excepto el padre... le trajere". White afirma que la declaración indica una incapacidad total por parte del hombre para venir a Cristo, que el hombre no puede cooperar de ninguna manera, sino que debe ser traído irresistiblemente sin fe ni consentimiento. Esto no es ser atraído, sino es ser propulsado contra su voluntad.

Ilusión Eisegetica

            Para apoyar sus afirmaciones, White cita a Calvino, a quien se refiere con gran admiración. Al parecer, el gobierno tiránico de Calvino en Ginebra, donde incluso recurrió a la tortura de quienes no estaban de acuerdo con él, no le da causa para sospechar la comprensión y la fidelidad de Calvino en las Escrituras.

De hecho, tal comportamiento, tan completamente contrario al espíritu de Cristo y la palabra de Dios, es una indicación convincente que el entendimiento de Calvino era defectuoso sobre la soberanía de Dios, su misericordia y amor. Como el apóstol Juan escribe: "El que dice que permanece en él (conducta de sí mismo), debe andar como él (Cristo) anduvo." (1 Juan 2:6). Esta norma aplica a cada cristiano en todas partes en cada momento en la historia — y a veces, Calvino iba tan lejos, que ningún pretexto puede justificar su comportamiento.

Sin embargo, al parecer totalmente incoherente a los hechos históricos, reflejando una admiración muy común entre los calvinistas, White escribe:

Juan Calvino es admitido incluso por sus enemigos, de haber sido un gran exegeta de las Escrituras. Justo y perspicaz, los comentarios de Calvino siendo hoy de gran utilidad y beneficio para el estudiante de las Escrituras. Aquí están sus comentarios sobre Juan 6:44:

"Para venir a Cristo, aquí se utiliza metafóricamente para creer, el evangelista, para llevar a cabo la metáfora en la cláusula pertinente, dice que las personas son atraídas cuya comprensión es iluminada por Dios y cuyo corazón el inclina y forma a la obediencia de Cristo..., por lo tanto se deduce que no todos son atraídos, sino que Dios concede esta gracia a aquellos a quienes él ha elegido.

"En efecto es verdad que, en cuanto a la clase de atracción, no es violenta, con el fin de obligar a los hombres por fuerzas externas (¡tales como Calvino mismo utilizo!); sino es un impulso poderoso del Espíritu Santo, que hace que los hombres  que antes eran reacios y reticentes, estén dispuestos. Por lo tanto, es una afirmación falsa y profana, que ninguno que es atraído solo es atraído si está dispuesto, como si el hombre se hubiese hecho obediente a Dios por sus propios esfuerzos... "[21]

Calvino estaba en lo correcto en que Cristo utiliza el "venir a él" por "creer en él." Schreiner y Ware escriben, "la 'venida' de Juan 6:37 es sinónimo de 'creer'.  Que las palabras venir y creer son diferentes maneras de describir la misma realidad es confirmada por lo que Jesús dice en Juan 6:35, ' Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás'".[22]  Una vez más vemos que la fe en Cristo por medio del Evangelio precede y es, la condición del nuevo nacimiento y de la salvación (1 Corintios 4:15). Fe no es concedida después de que uno ha sido regenerado. El hecho de que venir es lo mismo que creer también contradice la Elección Incondicional y la Irresistible Gracia, porque el "venir" debe ser hecho sin fe, como si un hombre muerto es traído. Es cierto que, el padre atrae a los hombres a Cristo, pero a menos que realmente crean en él, no han "llegado" hasta el final, sino que se han retirado a la perdición.

1.          James R. White, the potter’s Freedom (Amityville, NY: Calvary Press Publishing, 2000), 155–56.

2.          Robert W. Yarbrough, “Divine Election in the Gospel of John.” In Still Sovereign:

Contemporary perspectives on Election, Foreknowledge, and Grace, ed. Thomas R. Schreiner and Bruce A. Ware (Grand Rapids, MI: Baker Books, 2000), 50–51.

3.          John Piper, “Are There Two Wills In God?” In Schreiner and Ware, Still, 107.

4.          D. A. Carson,     “Reflections     on        Assurance,” Westminster theological Journal, Vol. 54.

5.          J. I. Packer, “The Love of God: Universal and Particular.” In Still, 283.

6.          Yarbrough, “Divine.” In Still, 50.

7.          R. C. Sproul, Faith Alone: The Evangelical Doctrine of Justification (Grand Rapids, MI: Baker Books, 1995), 137–38.

8.          Arthur C. Custance, the Sovereignty of Grace (Phillipsburg, NJ: Presbyterian and Reformed Publishing Co., 1979), 277.

9.          Robert A. Morey, Studies in the Atonement (Southbridge, MA: Crowne Publications, 1989) ,  296.

10.        Arthur W. Pink, Exposition of the Gospel of John (Grand Rapids, MI: Zondervan Publishing House, 1975), 682.

11.        Piper, “Two Wills.” In Still, 107.

12.        White, potter’s, 158–60.

13.        R. C. Sproul, Chosen by God (Carol Stream, IL: Tyndale House Publishers, Inc., 1986), 69.

14.        Pink, Exposition, 338.

15.        Yarbrough, “Divine.” In Still, 51.

16.        D. A. Carson, Divine Sovereignty and Human Responsibility (Atlanta, GA: John Knox Press, 1981), 174.

17.        Laurence M. Vance, the Other Side of Calvinism (Pensacola, FL: Vance Publications,  rev. ed., 1999), 508.

18.        Schreiner and Ware, Introduction to Still Sovereign, 15.

19.        John Piper, The Justification of God: An Exegetical and Theological Study of Romans  9:1–23 (Grand Rapids, MI: Baker Books, 2000), 201.

20.        To        Dave     Hunt,    n.         d.,         received           September        10,        2000.     On       file.

21.        John Calvin, Commentary on the Gospel of John, the Comprehensive John Calvin Collection (Ages Digital Library, 1998); cited in White, potter’s, 161.

22.        Schreiner and Ware, Still, 14.