Capítulo 8 - Un Tema Solemne: El Carácter de Dios | thebereancall.org

Dave Hunt

¿Por qué Dios malgastaría su tiempo y esfuerzo y también el tiempo y esfuerzo de sus muchos profetas rogando a quienes, según el calvinismo, no le van a escuchar y aun si pudiesen, son totalmente depravados — y nunca podrían responder a su apelación para creer y obedecer? ¿No sería el peor tipo de hipocresía de parte de Dios al expresar su preocupación por el bienestar eterno de los que Él ha predestinado al tormento eterno? ¿Por qué crear esta ficción elaborada de luto y llanto sobre las multitudes a quienes Dios conoce y no sólo se niegan a arrepentirse, sino que, a menos de que sean regenerados, no pueden arrepentirse por su incapacidad total para hacerlo?  Por el contrario, Dios está apelando a la conciencia humana y a su voluntad — algo que el calvinismo no puede permitir para los no elegidos.  Pink sostiene que "afirmar que el [hombre] sea un agente libre niega que es totalmente depravado". 1   Pero como veremos, el hombre es un agente libre.

¿Por qué el Espíritu Santo, a través de las Escrituras, en varias ocasiones nos da la impresión de que Dios desea  que todos los hombres se arrepientan y les ordena y suplica que lo hagan, mientras que al mismo tiempo retiene solo para un grupo selecto los medios esenciales para hacerlo? ¿Por qué Dios derramaría lagrimas por aquellos a quienes nunca amo o tuvo alguna preocupación genuina, habiéndoles ya predestinado a la condenación eterna? Beck declara: "Él [hombre] es libre de volverse a Cristo pero no puede".2   Es como decir que el hombre es libre de ir a Marte cuando guste hacerlo. ¿Es esto una broma?

 El calvinista no parece consciente de la contradicción de lo que está diciendo. Bryson plantea una pregunta lógica:

Y puesto que el no regenerado es reprobado [predestinado a la condenación por decreto de Dios] como resultado de una elección hecha por Dios, ¿cómo podrían ser responsables de su perdición... y la inevitable condenación? 3

Sería una burla que Dios prometa al hombre que si él lo busca con seriedad y sinceridad lo encontrará, si en realidad fuera imposible para el hombre hacerlo, al menos de que Dios lo regenere.  Sin embargo, inspirado por el Espíritu Santo, toda la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis, da la clara impresión de que aquellos con quien Dios aboga, podrían por su propia voluntad arrepentirse y volverse a Él, si así lo deseara. Entendiendo las Escrituras por su valor literal, H. A. Ironside dijo:

El predicador del Evangelio puede declarar libremente, sin ningún tipo de reserva mental, el hecho bendito de “el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”. (Apocalipsis 22:17). Esto no es una cuestión de ser permitido aceptar a Cristo como Salvador.  Es una súplica ferviente para hacerlo. (Énfasis agregado) 4

El Escoger y la Responsabilidad Humana

Frederic Farrar ha dicho con razón que; lo que Dios manda "debe estar en el poder de la voluntad, puesto que esta habilidad es la medida de su obligación".5 G. Campbell Morgan declaró firmemente, "nosotros no podemos estudiar la Biblia sin comparecer cara a cara con la responsabilidad personal... Cuando habla la voz de Dios, la voluntad del hombre es libre de obedecer o desobedecer".6  Kenneth Foreman dijo: "si hay algo en la Biblia que muestra que Dios responsabiliza a los hombres por sus acciones, es en sus mandamientos cuando dice: 'No' (8 veces) y le habla a personas libres y no a títeres."7

Sin embargo, Gerstner insiste sobre la contradicción que es innata en el Calvinismo: "es su decisión de elegir o rechazar a Cristo, pero no por su propia voluntad".8   La forma de cómo esto puede ser mi decisión, cuando no soy libre para elegir, solo tiene sentido para un calvinista. Para todos los demás tal afirmación es escandalosamente irracional y contradictoria.

El calvinismo claramente requiere su propia definición peculiar de las palabras.  Pink escribió: "Aquellos que hablan de la 'libre' voluntad del hombre  e insisten en su poder inherente para aceptar o rechazar al Salvador, solo muestran su ignorancia de la verdadera condición de los hijos caídos de Adán".9  Sin embargo, Jesús claramente enseñó que el hombre no regenerado, en efecto puede hacer una elección y estar dispuesto a hacer la voluntad de Dios y así saber la verdad: "El que quiera hacer la voluntad de Dios [es decir, quiere hacer] conocerá si la doctrina es de Dios, o si yo hablo por mi propia cuenta". (Juan 7:17). El aquí ofreció "Si cualquier hombre quiere" no a unos elegidos especiales, sino a la multitud no regenerada y a los rabinos que pronto lo crucificarían.  El Obispo J. C. Ryle, que estaba parado firemente contra del romanismo en Inglaterra en el siglo XIX, comentó:

El idioma español no da la fuerza necesaria al pasaje como el griego.  Literalmente es, "Si alguno está dispuesto a hacer —o que tiene una mente, deseo e inclinación para hacer la voluntad de Dios..." Nunca se debe olvidar que Dios trata con nosotros como seres morales y no como bestias o piedras.10

A través de los siglos, una comprensión de la Escritura no calvinista con respecto a la capacidad y la responsabilidad humana, ha sido expresada hábilmente por muchos líderes cristianos. Sin embargo, los calvinistas, a menudo son ambivalentes. Un prominente Bautista escribió: "el individuo no solo debe actuar por sí mismo; sino que es el único que lo puede hacer.  Dios le ha hecho competente."11

Mientras parece afirmar la "incapacidad" debido a la total depravación, A. H. Strong al mismo tiempo insiste que, "el pecador puede... buscar a Dios por motivos de egoísmo... el pecador puede dar atención... a la divina verdad."12  Thomas Griffith escribió, " Total Depravación no significa la pérdida absoluta de la libertad del alma para elegir... una acción consciente. En este sentido nuestra libertad es real y la caída no ha afectado nuestra voluntad... El hombre caído tiene la Facultad de ejercer su voluntad,  como también tiene otras facultades... "13  En la misma línea de pensamiento, W. L. Pettingill argumenta de la Escritura que; "el que quiera venga. El sólo debe venir y Dios hace el resto."14

¿Qué Dios es este?

Para que Dios actúe como lo  enseña el Calvinismo, sería incoherente con las múltiples repeticiones en su Palabra, de que Él es misericordioso y amoroso hacia todos. El comprometido calvinista W. G. T. Shedd escribió, "son las acusaciones que se han hecho... desde tiempos inmemoriales, que el Calvinismo representa a Dios como un soberano tiránico que es falto de amor y misericordia para todos excepto unos pocos elegidos, que atribuye al hombre la depravación de los demonios, le priva de la libertad moral, y los somete a la crueldad arbitraria de un ser que crea a algunos hombres con el fin de maldecirlos".15  A como lo estamos documentando ampliamente, esta acusación es verdadera.  De hecho, Shedd incluso admitió, que esta acusación se había hecho por algunos calvinistas contra los que ellos llaman hiper-Calvinistas.16   Sin embargo como ya hemos visto y demostrado plenamente, los calvinistas que acusan a otros de ser "híper" creen lo mismo, pero intentan encubrirlo con malabarismos de palabras.

En defensa de su tergiversación de Dios, los calvinistas sostienen que Dios para regenerar bondadosamente a toda la humanidad en lugar de solamente a sus elegidos "violaría su justicia, la que requiere el justo castigo por el pecado".17   Pero por el contrario, si el salvar y regenerar a los elegidos no es una violación de su carácter o justicia, tampoco sería una violación para que haga lo mismo por toda la humanidad. ¿Por qué debe limitarse a un grupo selecto la infinita misericordia de Dios?  Por esta visión extrema de la soberanía, el calvinismo culpa a Dios, en lugar del pecador por el rechazo de Cristo y su perdición eterna.

Para justificar sus creencias, los calvinistas argumentan falsamente que, aquellos que imploran por no pueder responder, "es la forma justa y necesaria para que Dios actúe con el hombre y este sea responsable como una criatura perdida y pecadora, independientemente de su incapacidad para responder".18   La sugerencia de algo así es ofensivo para el sentido común y la conciencia del hombre dada por Dios.  ¡Dios implora al hombre, de hacer algo que no puede, por algún decreto inmutable de Él,  con el fin de responsabilizar a estos mismos hombres!  Aun así, Calvino, siendo abogado, afirmó que esta era la justicia de Dios en acción.

Después de declarar que Dios regenera a sólo un grupo de elegidos, Palmer se regocija, “!Que Dios más bueno!"19  Quizá para el calvinista que es electo, pero ciertamente no es bueno para aquellos a quienes Él podría salvar, pero más bien los condena al sufrimiento eterno.  Por cierto, el Dios de la Biblia es bueno para con todos:

  • Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia para con todos los que te invocan.  Salmos 86:5
  • La mano de nuestro Dios es para bien sobre todo los que le buscan…Esdras:8:22
  • Jesús de Nazaret… anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.  Hechos 10:38
  • Bueno es Jehová para con todos, Y sus misericordias sobre todas sus obras.  Salmos 145:9

¿Cómo podría aumentar la responsabilidad de quienes son incapaces de responder al suplicarles y advertirles? Más bien, quien retuvo la ayuda que alguien necesitaba sería el responsable. Todavía esta retención deliberada, inmoral de la salvación se le atribuye a Dios bajo la excusa de que es "De Dios su beneplácita voluntad el hacerlo".  Alguien que viendo a una persona que se ahoga, quien podría salvarlo, ¿sería exonerado si explica que fue su "buena voluntad" el no hacerlo?  ¿No tiene Dios un mayor — Sino, un perfecto — estándar de amor y  preocupación?  ¡Atribuir tal insensibilidad a Dios, es tergiversarlo groseramente y difamarlo!

No es una Cuestión de Soberanía,  sino de Carácter

Dios, por nuestra culpa como pecadores, ciertamente tiene el derecho de maldecirnos a todos. Sin embargo, su justicia no le obliga a maldecir a algunos pecadores y a otros no, los no elegidos y a los elegidos, ya que todos son igualmente culpables y depravados.  Tampoco es racional o bíblico que Dios, quien es infinito en amor y misericordia, permita que se pierda a quien el justamente podría salvar. Muchas Escrituras declaran claramente que Dios envió a su hijo "el Salvador del mundo" (Juan 4:42; 1 Juan 4:14) y que Cristo en la Cruz pagó la pena por los pecados del mundo entero para que Dios "a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre… y el que justifica al que es de la fe en Jesús" (Romanos 3:25 – 26). Trágicamente, el Calvinismo limita la redención de Cristo y la misericordia infinita de Dios y su amor.

Sorprendentemente, la mayoría de calvinistas afirman que no hay ninguna contradicción entre el Dios de amor presentado en las Escrituras "el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad" (1 Timoteo 2:4) y el Dios "quien salva a quienes el desea por su buena voluntad" 20  y deja el resto de la humanidad sin su misericordia y gracia porque "es su beneplácito la perdición de [ellos] a la destrucción".21

Al intentar escapar de las claras implicaciones de esta lamentable doctrina, los calvinistas sostienen que aunque el hombre totalmente depravado no puede hacer nada, excepto rechazar el evangelio, Dios está perfectamente justificado al pedirle cuentas y condenarle.  Pablo explica cómo Dios puede perdonar con justicia a los pecadores (Romanos 3:21-30), pero en ninguna parte de las Escrituras, explica cómo Dios puede condenar justamente a los pecadores que son incapaces de otra cosa y a quienes Él predestinó al pecado y a la eterna destrucción antes de que nacieran.

Sin aparente sentido de ironía, un amigo calvinista que critico el primer borrador del manuscrito de este libro, quien afirmaba que yo no "entendía el calvinismo", escribió:

Tampoco niegan los calvinistas que los hombres pueden responder al evangelio o [enseñan] que Dios retiene la capacidad de responder. ...sino que responden negativamente. Y esta respuesta no tiene nada que ver con Dios ocultando algo... Dios no impide al hombre venir a él.  Ellos son libres de venir a Él si quieren. Lo que Dios hace es retener su misericordia, la cual no está obligado a extender, porque el hombre no quiere conocerle.22

No es Cuestión de Obligación

 En realidad, el Dios del calvinismo evita que los no elegidos lleguen a Él por retenerles la gracia, sin la cual nadie puede creer. Además, Él los ha predestinado a la condenación eterna — Y tampoco dio a su hijo para morir por ellos, según la doctrina de la expiación limitada. ¿Puede existir algún medio más fuerte para impedir que los no elegidos sean salvos por la fe en Cristo? Al parecer lo que este amigo quiere decir, es que Dios no retiene nada de lo que está bajo obligación de conceder.

Por supuesto que Dios no está bajo ninguna obligación de extender misericordia o gracia a nadie. Por definición, misericordia y gracia son entregadas totalmente y sin compromiso.  Así que no se perdona el fracaso del Dios calvinista para extender la gracia y misericordia a todos, simplemente porque dicen que Él no está bajo ninguna obligación de hacerlo.  Obligación no es la base de Dios para extender la gracia y la misericordia, sino el amor y el deseo de satisfacer la necesidad del pecador.

Todas las cualidades de Dios son infinitas y están en perfecto equilibrio. Entre esas cualidades esta la misericordia: "Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en misericordia y verdad" (Salmos 86:15). Toda la Escritura, es clara que Dios es infinito en misericordia. Él requiere de nosotros que "amemos misericordia" y se "deleita en misericordia" (Miqueas 7:18; 6:8). Pablo nos dice que Dios "es rico en misericordia" (Efesios 2:4) y que Él ha pronunciado a los judíos y a los Gentiles: "los sujeto a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos" (Romanos 11:32). ¿Hay algunas de estas Escrituras que insinúen que Dios limita su gracia y misericordia a un grupo selecto? ¡No hay ni una Escritura que lo diga!

Contrario al calvinismo, los relatos bíblicos de como Dios trata con el hombre, demuestran que Dios desea con todo amor, gracia y misericordia, extender una oferta genuina de arrepentimiento y salvación a toda la humanidad.  El idioma claro de la Escritura proclama que Dios verdaderamente quiere convencer y salvar a todos aquellos que están perdidos y que todos tengan la capacidad de recurrir a Él si así lo desean. Esa conclusión es la impresión que el lector recibe de cientos de declaraciones claras en la Biblia, exhortando a los hombres a arrepentirse y volver a Dios. Pero el calvinismo niega el simple significado de estas Escrituras.

¿Por qué Dios Contiende?

El calvinista insiste en que estar espiritualmente muerto en pecado, significa que ese hombre no puede oír el evangelio o aun responder a Dios como si estuviera físicamente muerto. Sin embargo, en el contexto de la primera exposición del corazón malvado del hombre, que el calvinista ofrece como prueba de la Total Depravación, escuchamos a Dios decir: "no contenderá mi espíritu con el hombre para siempre" (Génesis 6:3).

¿Cómo puede existir una verdadera "contienda" si el hombre está muerto en el pecado y por lo tanto no puede  siquiera oír, mucho menos ser persuadido?  ¿Por qué el Espíritu de Dios se esfuerza con un cadáver? ¿Y cómo puede Dios ser sincero tratando de convencer a que crean, si Cristo no murió por ellos, y a quienes Él les retiene la fe para creer? La enseñanza completa del calvinismo niega sinceridad por parte de Dios, en que el aparentemente ofrece salvación, pero no tiene ninguna intención de cumplirla.

Por toda la Biblia, vemos a Dios luchando y suplicando al hombre hasta que, en distintos momentos y con varias personas, nos dice que a causa de la rebelión permanente del hombre, Dios ceso de contender con Él: “Los deje, por tanto, a la dureza de su corazón” (Salmos 81:12); "Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones" (Romanos 1:24).

El que "los entrego", indica que hubo un tiempo cuando Dios estaba genuinamente convenciendo de ganarlos y no los había entregado.  Pero hubo un cambio en las acciones de Dios hacia ellos, un cambio no en el corazón o el deseo de Dios — que son inmutables — pero un cambio en su relación con aquellos que tanto endurecieron  sus corazones hacia Él, y no hay sentido para Dios luchar más con ellos.

Pero, si fuera cierto el calvinismo, no habría ningún esfuerzo genuino, ninguna oferta real de fe y arrepentimiento a la redención, ningún deseo sincero por parte de Dios para salvar a los no elegidos. En efecto, para los calvinistas, Dios no se esfuerza con nadie, porque la salvación o condenación de todos es una cuestión de haber sido o no predestinado.  No habría necesidad ni propósito por Dios de luchar o rogar al hombre, si el destino eterno de los elegidos y no elegidos se ha fijado desde una eternidad pasada por el decreto de Dios.

Si el Calvinismo fuera cierto, no tendría sentido que Dios diga que su Espíritu ya no se esforzará más con el hombre.

Atrapado en un Laberinto de Contradicciones

Tratando de negar esta contradicción evidente y de distinguirse de los "ultra-calvinistas",  John MacArthur, Jr., dice, "el amor de Dios es para el mundo en general, la raza humana, toda la humanidad".23  Como evidencia él dice, "...el hecho de que Dios promete perdonar... e incluso le ruega a los pecadores a arrepentirse — demuestra su amor hacia ellos."24  ¿Está MacArthur hablando en serio? ¿Le demuestra a él entonces, que; el amor que Dios ofrece a los cadáveres espirituales que no pueden oír ni responder, porque Dios no los ha elegido soberanamente a creer en Él, 25  y que Él retiene la gracia de ellos para creer y por los cuales Cristo no murió?

Para mostrar que no son "ultra-calvinistas", los "moderados" como MacArthur se atreven a decir que Dios ama a aquellos que "por su eterno e inmutable Consejo... ¡fue su placer enviarlos a la perdición y a la destrucción"! 26  Intentando justificar esta evidente contradicción, MacArthur propone una diferencia entre "La voluntad del Decreto (su propósito eterno) [y] la voluntad del deseo.  Él dice que hay una distinción entre el deseo de Dios y su propósito eterno de salvar, que debe trascender sus deseos". ¿Dónde dice la Biblia que el propósito de Dios "debe trascender sus deseos"? ¡Tal conflicto interno entre el propósito y el deseo es imposible para Dios! ¿Cómo podría Dios "desear" que todos los hombres sean salvos, pero no proponerlo o decretarlo?

Comentando sobre "que todos los hombres sean salvos" en 1 Timoteo 2:4, MacArthur escribe, en su propósito eterno, Él eligió solamente a los elegidos del mundo (Juan 17:6) y pasó sobre el resto, dejándolos a las consecuencias de su pecado..."27  Sin embargo, al intentar escapar el estigma del ultra-calvinismo, MacArthur se encierra en la teoría de que Dios quiere algo que no va a hacer, aunque puede — una clara contradicción y  negación de la omnipotencia de Dios y una retracción de un importante texto preferido calvinista que dice; "que hace todas las cosas según el designio de su voluntad" (Efesios 1:11).

¿Hay alguna distinción entre los ultra-calvinistas y los calvinistas moderados? Si es así, Calvino era un "ultra", quien en varias ocasiones hizo declaraciones tales como "por su eterna providencia fueron condenados a la destrucción eterna antes de su nacimiento" 28.  Pero el fundador del Calvinismo no puede ser un híper-calvinista, más que el fundador del Islam puede ser un extremista musulmán.  A como Mahoma define el Islam, Calvino define el Calvinismo — de otro modo no debe llamarse Calvinismo.

En realidad, como veremos, la predestinación de los no elegidos al tormento eterno, lejos de ser ultra-calvinismo, es un principio básico que desemboca inevitablemente en sus cinco puntos. Tampoco es racional  declarar que Dios realmente ama aquellos a quienes nunca  iba salvar, y por quienes Cristo no murió.

John Piper trata de absolver a los moderados de ser "ultra" al afirmar (como MacArthur) que Dios tiene "dos voluntades" y que no es "esquizofrenia divina"  que Dios quiera que todas las personas sean salvas (1 Timoteo 2:4) y "... [Sólo] elegir aquellos que realmente se salvarán..." 29 ¡esto es un doble discurso! Va tan lejos como en decir; "cada vez que se predica el evangelio a los incrédulos, es la misericordia de Dios que da esta oportunidad de salvación".30  La predicación del Evangelio que da oportunidad para salvación a aquellos para quienes Cristo no murió, a quienes Dios nunca tuvo ninguna intención de salvar  y que de hecho ya los predestinó a la eternidad en el lago de fuego, es el colmo de la contradicción.  Sin embargo, esto es sólo una de las muchas irracionalidades imposibles que los moderados intentan mantener, con el fin de distanciarse de aquellos a quienes menosprecian como ultra-calvinistas.

  1. Arthur W. Pink, the Sovereignty of God (Grand Rapids, MI: Baker Book House, 2nd prtg. 1984), 138.
  2. Frank B. Beck, the Five points of Calvinism (Lithgow, Australia: Covenanter Press, 2nd Australian ed., 1986), 10.
  3. George L. Bryson, the Five points of Calvinism: “Weighed and Found Wanting” (Costa Mesa, CA: The Word for Today, 1996), 36.
  4. H. A. Ironside, What’s the Answer? (Grand Rapids, MI: Zondervan, 1944), 43–44.
  5. Frederic W. Farrar, A Manual of Christian Doctrine (The Alliance Press, n. d.), 76.
  6. G. Campbell Morgan, the Westminster pulpit (Grand Rapids, MI: Fleming H. Revell, 1954), II: 306–307.
  7. Kenneth J. Foreman, God’s Will and Ours (Richmond, VA: Outlook Publishers, 1954), 42.
  8. John H. Gerstner, A primer on Free Will (Phillipsburg, NJ: Presbyterian and Reformed Publishing Co., 1982), 10.
  9. Pink, Sovereignty,          foreword   to               first            edition,      unnumbered                first            page.
  10. John C. Ryle, Expository thoughts on the Gospel of John (Wm. Hunt and Co., 1883), III:16, 22.
  11. W. R. White, Baptist Distinctives (Sunday School Board, SBC, 1946), 24–25.
  12. Augustus H. Strong, Systematic theology (Valley Forge, PA: Judson Press, 1907), 640.
  13. W.                 H.              Griffith      Thomas, the principles of theology (London: Longmans, Green and Co., 1930), 165, 180.
  14. William L. Pettingill, Bible Questions Answered (Just A Word Inc., 3rd ed. 1935), 374.
  15. William G. T. Shedd, Calvinism: pure and Mixed (Carlisle, PA: The Banner of Truth Trust, 1999), 15.
  16. Ibid.
  17. Calvinist        friend        to               Dave         Hunt,         critical       comment   in               manuscript                  draft          margin.      On             file.
  18. Calvinist        reviewer   to               Dave         Hunt,         note           in               manuscript                  draft          margin.      On             file.
  19. Edwin H. Palmer, the five points of calvinism (Grand Rapids, MI: Baker Books, enlarged ed. 20th prtg. 1980), 21.
  20. John Calvin, institutes of the Christian Religion, trans. Henry Beveridge (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Publishing Company, 1998 ed.), III: xxi, 1.
  21. Ibid., III: xxi, 7.
  22. Reviewer      to               Dave         Hunt,         marginal    comment,  n.               d.               On             file.
  23. John MacArthur, Jr., the love of God (Dallas, TX: Word Publishing, 1997), 86.
  24. Ibid., 15.
  25. John MacArthur, Jr., Saved Without a Doubt—MacArthur Study Series (Colorado Springs, CO: Chariot Victor Publishing, 1992), 58–59.
  26. Calvin, institutes, III: xxi, 7.
  27. John MacArthur, the MacArthur Study Bible (Nashville, TN: Word Publishing, 1997), 1862.
  28. Calvin, institutes, III: xxi, 7.
  29. John Piper, “Are There Two Wills in God?” in Still Sovereign: Contemporary perspectives on Election, Foreknowledge, and Grace, ed. Thomas R. Schreiner and Bruce A. Ware (Grand Rapids, MI: Baker Books, 2000), 107.
  30. John Piper and Pastoral Staff, “TULIP: What We Believe About the Five Points of Calvinism: Position Paper of the Pastoral Staff” (Minneapolis, MN: Desiring God Ministries, 1997), 14.